sábado, 8 de julio de 2017

Madre del Carmen, ¡enséñanos a esperar con esperanza...!


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Una vez que nos hemos acercado a la esperanza como virtud teologal y hemos visto manar de ella "gracia tras gracia", podemos preguntarnos ¿cómo estamos nosotros de esperanza? no cualquier esperanza, como venimos diciendo, sino la que descansa en las promesas de Dios y se alimenta de su Palabra... la que es capaz de esperar pacientemente, de la poda al rebrote del retoño, que hacen el fruto nuevo cada cosecha...

¡¡Qué sana es la paciencia que contiene estos secretos en sí misma, despertando en nosotros la esperanza!!... Vivir -hemos de convencernos- no es lo que el hombre quiere que sea... vivir es despertar al don que somos y que tenemos que ofrecer, para que el Reino pueda expresarse ya en este mundo...

¡¡Qué pobreza reducirnos a lo más primario de nosotros mismos -como eternos adolescentes- con la riqueza que contenemos en el ser que portamos!! si nos fallan los cimientos, cualquier viento nos derrumba... empleemos la vida en construirnos, que el futuro se torna rápido en presente y el tiempo se desvela en lo eterno, dejándonos sumergidos en él, sin más estrépitos que cualquier sueño...


Trabajemos la esperanza que es la actividad práctica de la fe... acudamos a la Palabra de Dios... valoremos la gracia contenida en los sacramentos... incorporemos los compromisos cristianos a nuestro vivir cotidiano... volvamos a las sanas costumbres, acatemos los mandamientos, no son opcionales para un cristiano y menos para quien aspira a vivir las virtudes teologales... recemos, solos, en familia; enseñemos a rezar a los niños; practiquemos los sacramentos: ir a misa, confesar, comulgar... nos pueden parecer cosas pasadas de moda, y, no nos engañemos... son semillas de esperanza... 

Pidamos a la Virgen en estos días previos a su fiesta, la actitud adecuada para que en nosotros florezca la esperanza... que sintamos asombro ante el misterio y nos vayamos acercando a Él, en el tanteo de cada acontecer... en la gracia de cada momento...

Y desde este ambiente cálido, cercano a lo que vale de veras, traigamos a la memoria a nuestros enfermostan necesitados de esperanza... (incorporamos hoy a una carmelita de clausura del convento de Cañete la Real, Sor Clara, de 29 años, diagnosticada recientemente de cáncer y que busca nuestro apoyo para hacer frente a esta situación)... Pensemos en cada uno de los peregrinos de este blog, vinculados a nosotros por el misterio de la comunión de los santos, recordemos a cada uno... y con la mirada puesta en el Beato Tito, como intercesor, pongamos en común nuestras súplicaspara que llevadas al cielo, seamos socorridos y la gracia nos permita -mientras esperamos lo que deseamos y necesitamos-  desbordar de esperanza...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

2 comentarios:

  1. María, esperanza nuestra
    Escrito por Cardenal Van Thuan   
    Domingo 14 de Febrero de 2010 12:23

    La primera reacción de un niño cuando tiene miedo, cuando está en apuros, o cuando sufre, es la de llamar a su madre.
    La primera reacción de un niño cuando tiene miedo, cuando está en apuros, o cuando sufre, es la de llamar a su madre. Para él, ese grito lo resume todo. Acostúmbrate también tú a llamar a tu Madre: «Madre, te amo; tú lo eres todo para mí» (C. E 920).
    No hay nada más precioso que ese don que nos viene de las entrañas de María: Jesús, el don precioso por excelencia. Precioso también el seno que llevó a Jesús, «fruto bendito de su vientre» (C. E 922).
    El niño imita en todo a su madre, incluso en lo que es difícil y peligroso. Pero no porque quiera seguir el ejemplo de quien es su ídolo y su todo, sino simplemente porque la ama y se fía de ella. Tomará la medicina que le ve tomar ella, e irá con ella a la cárcel. María es el ejemplo luminoso que necesita tu alma. Imítala. El Dios Trino no puede modelar santidad mayor que ésa.

    Hoy he querido comenzar con estas palabras que viene bien al origen del Carmelo, hace ya muchos siglos, y cuya premisa principal era caminar por la vida como vivió Maria, con su humildad y su amor a Dios, con su obediencia ciega y entrega total a su Hijo amado. Asumiendo su realidad, la madre de Dios, sin perder la esperanza nunca, lo acompaña al monte Calvario y allí se despide de Él, entre el perdón a los verdugos y el dolor de sus heridas. Le obedece hasta el final, cuando:

    “Evangelio de San Juan. Capítulo 19, versículos 25 al 28.

    25 Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
    26 Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo».
    27 Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
    28 Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed.”

    En este acto Jesús nos entrega a su madre como madre nuestra, para que nos conduzca hacia él, para que nos ame y nos proteja, para que nos enseñe el camino de la obediencia y el amor a Dios y al prójimo, único camino de salvación.

    Imitemos a Maria. A quién no le gustaría que le dijeran : “hay que ver lo que te pareces a tu madre”. Parezcámonos a ella, hagamos lo que ella hizo durante toda su vida, amar a Dios y seguir, sin duda alguna, a su Hijo hasta su Asuncion a los Cielos.

    Imitando a María: con una confianza sin fisuras, la esperanza su camino y el amor su vehículo de humildad para alcanzar como ella la vida eterna en cuerpo y alma. Pidámosle como todos los días que nos ayude con nuestros enfermos, para que la intercesión del Beato Tito Brandsma lo lleve a la santidad. Jesús, confiamos que nos conceda lo que te pedimos.

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