domingo, 14 de marzo de 2021

"Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Los misterios de la fe, que nos revelan el amor infinito e incondicional de Dios, en Cristo Crucificado, que vence en su muerte nuestra propia muerte, es la liturgia quien los actualiza para que la gracia deposite su eficacia en nosotros... Tomemos en serio el amor de Dios y acojamos la salvación... es de la cruz de donde brota la vida iluminada, que nos permite conocer el bien y hacerlo, agradecidos de que las tinieblas hayan sido vencidas por quien se atrevió a matar la muerte con su muerte, y abrirnos el camino al cielo...

No pasemos por alto la llamada a la conversión que nos hace la cuaresma, muy cerca ya del ápice, y no dejemos a Jesús solo, que es por nosotros, por quien llegará hasta el final... su dolor puede iluminar el nuestro, y con su gracia podemos vivir con sentido lo que tanto nos sobrepasa... Demos paso al misterio y dispongámonos por la escucha y los sacramentos, a acercarnos a la fe, que mantenga en nosotros la esperanza y la confianza...

Hoy es el salmo 136 el que reza la Iglesia en su liturgia, y recibir esta palabra para devolverla al cielo, habiéndonos dejado tocar por ella, es alabar y bendecir a Dios, alimentando, a la vez, el alma en la fortaleza...   

"Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. 

Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión» 

¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. 

Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías" (Salmo 136)...


Pidamos la salud y la fe para los enfermos del blog, por intercesión del Beato Tito... Que la confianza sea la enseña de nuestra verdadera identidad, y acojamos la Voluntad de Dios con la certeza de que Dios es fiel, y sus caminos, que están por encima de los nuestros, son seguros y firmes... ¡¡ojalá no abandonemos esta ruta por desconocida!!...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria

1 comentario:


  1. Hoy nos encontramos en el IV domingo de cuaresma y en el evangelio se nos presenta una clara dicotomía entre la luz y las tinieblas, es decir, entre el bien y el mal.

    La luz es un elemento simbólico muy característico del evangelio de San Juan y hoy se nos muestra desde diferentes perspectivas. En un primer plano, la luz se utiliza como elemento que representa a Jesús. Jesús es la luz del mundo, la que proporciona vida y salvación a través de la fe. Jesús es la luz, el bien y la verdad, a quien nos podemos acercar a través de nuestras buenas obras.

    “la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz”

    Pero en un segundo plano, la luz también aparece presente en la transformación de Nicodemo, que es a quién hoy Jesús se dirige. Nicodemo es un rico fariseo que aparece sólo en el evangelio de San Juan. Su intervención se hace presente sólo en tres momentos (capítulo 3, 7 y 19). A lo largo de estas tres apariciones Nicodemo se relaciona de una u otra forma con Jesús y tras estos encuentros en Nicodemo se produce una transformación interna, una conversión. Nicodemo pasa de las tinieblas, simbólicamente entendida como falta de fe Jesús, a la luz, es decir, a creer que Jesús es realmente el Mesías esperado.

    Pero también la oposición entre la luz y las tinieblas también se observa en un tercer plano, el en plano temporal en las apariciones de Nicodemo. Nicodemo no sólo pasa espiritualmente de las tinieblas (falta de fe) a la luz (fe), sino que esta transformación interior se va realizando en un plano paralelo al plano temporal. Así pues, en la primera intervención Nicodemo se acerca a Jesús “de noche”, es decir, entre tinieblas. Se acerca a Jesús a oscuras, receloso y con miedo a que lo relacionen con Él. Sin embargo, en la última aparición Nicodemo se acerca a Jesús a la luz del día, sin miedo a que lo asocien con él y decidido, junto con José de Arimatea, a descenderlo de la cruz y aportarle una sepultura digna.

    Y yo me pregunto, esta dicotomía entre la luz y las tinieblas que hoy se resalta en el texto del evangelio ¿la sentimos nosotros también en nuestra vida?, ¿qué prevalece en nuestra vida, la luz o las tinieblas?, ¿actuamos nosotros como el Nicodemo de la primera aparición, es decir entre tinieblas y temeroso para ir en busca de Jesús?, o por el contrario ¿actuamos como el Nicodemo de la última aparición, es decir caminando hacia Jesús con total seguridad y a la luz del dia?.

    Nos dice el evangelio de hoy que Jesús es la luz que vino al mundo para que el mundo se salve por Él. Que esta luz se haga presente en los enfermos del blog y que a través de la intercesión de nuestro beato Tito consigan salir de las tinieblas de la enfermedad.

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