domingo, 14 de febrero de 2021

"Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Sugerente súplica la del leproso que aparece hoy en el evangelio, y conmovedora respuesta la de Jesús, que con decir "quiero" deja a aquel hombre libre de su lepra, devolviéndole nuevamente a su ámbito familiar y social... Nosotros que atravesamos por el corazón de una pandemia implacable, podemos asociar hoy nuestra situación a la que aparece en el evangelio, y rezar convencidos de que Dios puede cambiar la situación llevándonos de nuevo a la vida cotidiana con todo lo que la constituye... 

Pero que esta vorágine aterradora no nos haga perder la conciencia de esas otras lepras contagiosas, que nos aíslan de la realidad y nos llevan a convivir aislados, confundidos, avaros de poder, etiquetando de progreso, a lo que no es más que una lacra disfrazada del pecado... Estamos enfermos socialmente de otras pandemias que sólo puede curarnos la gracia de Dios, a través de su perdón y su misericordia...

Ojalá los creyentes en Jesús supliquemos de rodillas ser curados de las lepras de nuestro tiempo, que nos alejan de los otros, y de muchas posibilidades, que con la vida puede florecer entre nosotros... Bonito salmo para rezar con la liturgia y la Iglesia en el día de hoy, mirando al cielo, buscando en Dios nuestra salud y nuestra paz...

"Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito. 

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero" (Salmo 31)...


Acerquemos a nuestros enfermos a Jesús con nuestras súplicas llenas de fe... recordemos a todos, uno a uno... también sus familias... que la intercesión del Beato Tito nos alcance del cielo lo que sólo el cielo puede traer hasta nosotros.... y que mientras vamos de camino, la luz de la misericordia encienda en nosotros el deseo de Dios y demos el paso definitivo a la conversión, que será la tierra buena donde puedan nacer los dones que Dios quiere otorgarnos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria

2 comentarios:

  1. A tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. A tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, nuestros ruegos y oraciones bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso, y nada hay imposible para ti; grande son tus obras, nada comparable a la necesidad que tenemos de tu amparo. Concédenos lo que te pedimos. Amén

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  2. Hoy nos encontramos en el VI domingo e tiempo ordinario y en el evangelio se nos relata cómo Jesús cada vez va siendo más conocido por los alrededores gracias a sus extraordinarias capacidades de curación y de realizar milagros.

    Sin embargo, el acto más extraordinario que realiza hoy Jesús es acercarse a un leproso y tocarlo físicamente. En aquél tiempo los leprosos eran considerados personas impuras y la lepra se veía como un castigo físico sobrevenido como consecuencia de una impureza de espíritu. Por ello eran rechazados y excluidos en la sociedad.

    Por el contrario, Jesús actúa de una forma muy diferente al resto, y no sólo no se aparta de él sino que se acerca e incluso lo “toca físicamente” agarrándole la mano. Así consigue curarlo y no sólo en el plano físico, sino fundamentalmente en el plano espiritual. Sin lugar a dudas, la actitud de Jesús de hoy es de compasión extrema con el marginado y con el excluido de la sociedad. Lo acoge y lo arropa, aunque para ello tenga que saltarse todos los convencionalismos de la época. Para Jesús prevalece la humilde petición de ayuda de un rechazado de la sociedad que las leyes establecidas.

    Jesús nos proporciona hoy una gran lección de compasión al hacernos ver que las personas y los gestos de amor deberían prevalecer a todo lo demás, incluido las leyes. Jesús viene a hacernos ver que el mensaje que Él viene a enseñarnos es un mensaje de AMOR con mayúsculas, un mensaje que incluso traspasa los convencionalismos. ¿Somos capaces nosotros también de experimentar este tipo de amor y acercarnos a los marginados de nuestra sociedad actual?. Los leprosos de nuestra época a los que nadie se quiere acercar hoy son: los pequeños, los ancianos, los débiles, los aislados, los enfermos…, en definitiva los invisibles socialmente…¿Somos capaces nosotros, como hoy Jesús en el evangelio, acercarnos a ellos y ofrecerle nuestra mano o simplemente una palabra de aliento que les pueda ayudar?.

    Que no nos falte nunca ese deseo de ayuda y comprensión con nuestros enfermos del blog. Que nuestra oración conjunta les ayude en su lucha contra la enfermedad siempre con la intercesión de nuestro beato Tito.

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