domingo, 10 de enero de 2021

"El Señor bendice a su pueblo con la paz"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Iniciamos, con la fiesta del Bautismo de Jesús en el Jordán, el tiempo ordinario, la etapa más larga del año litúrgico, donde Jesús asume su misión y empieza su vida pública buscándonos a cada uno para que acojamos el don de la salvación, y escuchando su Palabra cambiemos de actitudes y transformemos nuestra vida, asumiendo sus valores, sus objetivos, sus propuestas...

El gesto de Jesús, con el que asume su misión evangelizadora, es verdaderamente revelador y cuestionante... sumado a la fila de los pecadores, se atreve a dar el primer paso, abriéndonos camino a la gracia que Él trae, y que nos irá acercando a ella con su palabra, sus gestos, su manera de vivir... ¡¡qué bien lo expresa el profeta Isaías en la primera lectura de la misa!!, "promoverá sin voces el bien y la justicia"... y qué bien sintetiza Jesús a Juan, por dónde debemos ir hasta Él, "está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere"... 

La salvación es un don inmerecido y absoluto, que el ser humano sólo puede acoger, recibir, disponerse.... de ahí, que sea tan importante dejar la subjetividad a la hora de vivir la fe y entrar por la puerta del misterio al susurro de la Palabra de Dios, que es quien lleva la iniciativa y quien lo realiza gratuitamente... Bonito y expresivo el salmo 28, para unirnos a la alabanza de toda la Iglesia que admira el obrar de Dios, inmenso y siempre eficaz, si nos adherimos humildes y agradecidos, poniendo en acto nuestra fe...


"Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. 

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno" (Salmo 28)...



Rezando como cada día unos por otros, pensemos hasta recordar a todos, en los enfermos del blog, uno a uno... también sus familias... Que la intercesión del Beato Tito nos alcance del cielo lo que pedimos de corazón, en el deseo de que el cielo derrame la bendición sobre cada uno de ellos y sean todos curados... Que nuestra respuesta sea la adhesión a los deseos de Dios y nos decidamos a vivir de su gracia, de su presencia, de su palabra... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria

3 comentarios:


  1. Hoy celebramos la fiesta del bautismo de Jesús y con ello se da por concluido el tiempo de Navidad.

    Entre la lectura de la semana pasada y ésta se ha producido un salto cuantitativo de treinta años en la vida de Jesús. Si la semana pasada hablábamos de su nacimiento, esta semana hablamos del nacimiento de su vida pública.

    El bautismo representa para los cristianos la puerta de entrada hacia la gran familia de los hijos de Dios y a través de él se nos hace miembro de pleno derecho. Jesús, desde el momento de su bautismo va a comenzar con la construcción de esta gran familia y a adentrarse de lleno en ella. A partir de su bautismo Jesús comenzará una nueva época en su vida. Dejará atrás todo vestigio del judaísmo y empezará a llevar a cabo la gran misión que le ha sido encomendada, la formación de la gran familia cristiana.

    El bautismo de Jesús representa el momento de partida hacia una nueva religión, hacia una nueva forma de concebir a Dios y de relacionarse con Él. A partir de su bautismo Jesús empieza a salir de su vida de anonimato en Nazareth y comienza a dar muestras de la grandiosidad y divinidad de su persona. Ya desde su bautizo Jesús se muestra como el elegido por Dios para ser ungido por el Espíritu Santo y se le ofrece la potestad de bautizar en su nombre con la gracia del Espíritu que le ha sido otorgada.

    “Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco”

    A través de nuestro bautismo, nosotros también hemos sido incluidos en la gran familia de Dios a través de la gracia del Espíritu. Pero ¿somos conscientes de lo que esto significa?. ¿Realmente conocemos el significado de ser hermanos en la fe?. ¿Nos comportaos realmente como hermanos los unos con los otros?.

    Que este sentimiento de hermandad se traduzca en nuestra oración comunitaria por los enfermos del blog. Que nuestro beato Tito a través de su intercesión nos ayude a que nuestras plegarias sean escuchadas.



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  2. “ Bajo tu amparo nos acogemos,
    santa Madre de Dios;
    no deseches las súplicas
    que te dirigimos en nuestras necesidades,
    antes bien, líbranos de todo peligro,
    ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!”

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