martes, 1 de diciembre de 2020

"Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


¿Qué esperamos nosotros de la fe, y cómo nos planteamos vivir de fe?... porque la fe tiene mundo propio y sus criterios descolocan el orden de preferencias que solemos perseguir los humanos, manipulados por la mentalidad de este mundo herido, que quiere plantearnos la vida en parámetros de éxito, confort, dinero...

El profeta Isaías, nos anuncia una esperanza que no entra en nuestros moldes, y que contiene la respuesta que daría luz a nuestras preguntas y aspiraciones... "Alguien" está entre nosotros -porque no lo olvidemos, la liturgia actualiza- que ya vino, y que porque está no deja de venir, y quiere que demos paso a su presencia... Él nos dice a cada paso, cómo, qué, dónde, por dónde, hemos de dejar que el mundo sea lo que Dios quiere que sea; y, sólo si le dejamos ser, llegaremos nosotros también, a ser lo que somos, actuando con coherencia para lo que fuimos traídos al mundo, pensados y soñados dentro de un proyecto común, del que somos parte única, no al azar, ¡¡creados expresamente para ocupar mi sito y mi cometido!!...

Adviento es la gracia de reconocer el don infinito de la Encarnación... el mundo respira todavía gracias a este misterio, que hizo frente al pecado y lo venció ganándonos la vida para siempre... Dejémonos encender en la esperanza cristiana y preparemos caminos personales con que dar acogida a la gracia, para recoger certezas en la fe... El salmo 71 reza soñando anhelos que están también en ti y en mí, y que debemos acoger y guardar en el corazón para que florezcan...

"Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. 

En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. 

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. 

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra" (Salmo 71)...


Recordamos, como cada día, a nuestros enfermos, peregrinos de la confianza, con los que vamos haciendo camino... pedimos al cielo para ellos, la salud, la fortaleza, la esperanza, la fe... nos apoyamos en la intercesión del Beato Tito, poniendo ante él nuestra confianza, presentándole nuestras súplicas para que las lleve a Dios, y Dios las cumpla...
"confinando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria

1 comentario:

  1. “QUE EN SUS DÍAS FLOREZCA LA JUSTICIA, Y LA PAZ ABUNDE ETERNAMENTE”
    Salmo 71

    Jesús vino, nació el Hijo De Dios hecho hombre, para demostrarnos lo que es amor de verdad, entregándose a la pasión y a la crucifixión para redimirnos del pecado y darnos la vida eterna. Él viene cada día, porque el Espíritu Santo, su amor infinito acude a cada instante a iluminarnos el camino de salvación. Y Jesús vendrá al final de los tiempos a juzgarnos con el amor más puro, su misericordia, capaz de perdonarnos todas nuestras ofensas y debilidades, borrando de nuestra alma el pecado.

    A tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. A tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, nuestros ruegos y oraciones bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso y nada hay imposible para Ti. Concédenos lo que te pedimos. Amén

    Me uno en oración, a las monjas carmelitas calzadas de la Virgen del Carmen de Villalba del Alcor, por todos y cada uno de los enfermos del blog. Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma.

    Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por su enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la Virgen María.

    Pedimos con mucha Fe y confianza, humildemente, por aquellos que más lo necesitan en estos momentos y por sus familias, para que Nuestro Señor los proteja y ayude. Señor, grande son tus obras, nada comparable a la necesidad que tenemos de tu amparo. No abandones a nuestros enfermos. Amén

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