domingo, 11 de octubre de 2020

"Habitaré en la casa del Señor por años sin término"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El canto de Isaías en la primera lectura de la misa de hoy, es una verdadera caricia al alma, si creemos que Dios cumple su Palabra.... Ojalá tengamos el oído atento y la actitud adecuada para que esta "perla" despierte en nosotros la esperanza, y no seamos como los invitados de la parábola del evangelio, que nos quedemos fuera del banquete por falta de interés...

La invitación está proclamada... la liturgia la actualiza hoy una vez más, y atención ¡¡somos invitados!! ...acudamos a la gracia y valoremos la oportunidad de este momento, que nos va todo en ello... A veces lo tenemos tan asequible que lo dejamos pasar... acudamos, que somos llamados desde cualquier sitio que nos encontremos. La Iglesia nos regala hoy el resonar de esta Palabra que llama, "venid, el banquete está preparado"...

Igualmente, San Pablo, es hoy un testigo, también traído por la liturgia, que nos pone de manifiesto la grandeza del conocimiento de Cristo, y el valor a que queda todo reducido desde esta luz y esta gracia... También el salmo es un testimonio de quien encontró la perla, y lo vendió todo para hacerse con el único don, que vale para la tierra y el cielo...

"El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. 

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. 

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. 

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término" (Salmo 22)...


Rezar cada día unos por otros, unos con otros, es cuidar la fe y disponernos a dar frutos de vida eterna mientras vamos aún de camino... Pensemos, entonces, en los enfermos del blog... todos, uno a uno... sus familias... los que siguen sumándose a los infectados por la pandemia... sus familias... Llevemos a la presencia de Dios el dolor de todos, tantos anhelos, tantas lágrimas rezadas con fe y devoción... nos ayudamos de la intercesión del Beato Tito, para que nuestra fe sostenida en la suya, nos alcance de Dios y su misericordia, los frutos que esperamos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria

3 comentarios:

  1. “HABITARÉ EN LA CASA DEL SEÑOR POR AÑOS SIN TÉRMINO”
    Salmo 22

    A tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. A tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, nuestros ruegos y oraciones bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso y nada hay imposible para Ti. Concédenos lo que te pedimos. Amén

    Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma. Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por su enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la
    Virgen María.

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  2. Nos encontramos en el XXVIII domingo de tiempo ordinario y en las lecturas de hoy, al igual que en los domingos anteriores, se nos sigue explicando mediante parábolas cómo es el Reino de Dios.

    Hoy se nos presenta este Reino como un gran banquete, como una fiesta donde Dios nos prepara los mejores alimentos, “manjares suculentos y vinos refinados”, como dice Isaías en la primera lectura. Dios, como el rey de la parábola, prepara con esmero lo mejor para sus invitados, para que ellos puedan ser partícipes de la alegría de la boda de su Hijo.

    Jesús, simbólicamente en el pasaje del Evangelio aparece representando al novio, en esa unión indisoluble con la novia, Ia Iglesia, aunque ésta no aparece en la celebración de las lecturas de hoy. Dios apela a los invitados con su llamada “Venid a la boda”. Él , como Padre, ofrece la posibilidad a todos los invitados a que sean partícipes con su presencia de esta celebración, de ese Reino que Él quiere dar a conocer a través de su Hijo, a través de ese novio.

    Sin embargo, no todos los llamados a la boda acuden. Se muestran ingratos ante esta llamada de Dios y prefieren ocupar su tiempo en otros menesteres. Pero Dios está dispuesto a celebrar esa boda y ese banquete que con tanto esmero organiza, al igual cualquier Padre amoroso prepara la boda de su Hijo. Si los primeros invitados a unirse a la boda, que representan fundamentalmente a los judíos y fariseos, no quieren aceptar esta invitación, Dios seguirá buscando invitados para su celebración, seguirá buscando invitados para su Reino, invitados que sepan compartir y valorar la valía de lo que Él está ofreciendo en ese extraordinario banquete. Por ello manda a buscar a nuevos invitados en los caminos.

    Dios vuelve a mostrar en este pasaje del Evangelio su predilección por los más desfavorecidos, los que encuentran en el cruce de caminos. Ellos representan a los que están ubicados en la periferia, en las afueras y no sólo en el plano físico sino también en el plano económico y social. Ellos son los más marginados, los que finalmente llenarán con su presencia ese banquete nupcial.

    Y yo me pregunto, si nosotros recibiésemos una tarjeta de invitación a una boda en la que Dios nos brinda la posibilidad de asistir a esa celebración que Él está preparando con tanto esmero. ¿Acudiríamos o pondríamos también una excusa para evadir nuestra asistencia?. ¿Seríamos conscientes de la importancia de la invitación a esa fiesta y a esa celebración?. ¿Seríamos capaz de valorar la importancia de esos suculentos manjares y exquisitos vinos que Él prepara?. ¿Nos vestiríamos nosotros con nuestras mejores galas y acudiríamos como invitados a disfrutar de ese banquete, de ese Reino de Dios?.

    Si la respuesta es sí, seguro que Dios nos tiene reservado un lugar junto a la mesa nupcial para que podamos disfrutar de todo lo que Él, como amoroso Padre, está organizando para la boda de su Hijo.

    Espero que podamos celebrar también una fiesta con nuestros enfermos del blog con motivo de la mejoría en su enfermedad. Seguro que con la intercesión de nuestro beato Tito y con nuestra oración conjunta será posible.

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