domingo, 9 de agosto de 2020

"Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Lectio divina del Salmo dominical - ppt descargar

¡¡Con qué contrastes nos encontramos hoy en la liturgia!! Dios expresándose en un susurro, como la brisa, suave, y nosotros, en el mar embravecido de la vida, pidiendo auxilio, sin dejarnos confirmar en su presencia cercana y segura, al escuchar decirnos, "soy yo, no temáis"...

La confianza es la perla de la fe, y merecería la pena, emplear toda la vida en su conquista... Dios quiere mostrarnos su misericordia y salvarnos, pero nos dejamos seducir y engañar fácilmente por otras voces, y no permitimos a Jesús amainar los vientos que nos tambalean...

Afinemos el oído y escuchemos su palabra... dejémosle aparecer junto a nosotros aunque nos reproche nuestra incredulidad... La actitud del salmista es la adecuada... se afirma en lo que escucha y cree... recemos esta Palabra con fe y creamos a Jesús, y en Jesús... llegará sin duda la calma a nosotros y llegaremos a puerto, seguros, con la mejor compañía...

"Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. 

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. 

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,

la salvación seguirá sus pasos" (Salmo 84)...

Salmo 084

Sigamos de ruta, acompañando a nuestros enfermos, acercándonos cada vez más a la confianza... recordándolos a todos, uno a uno... también sus familias... Miremos al cielo, y pidamos por ellos, para que el camino de la fe les ayude a encontrar la perla que guarda su dolor, y podamos recoger de la fe de cada uno, los frutos que deseamos... Que la intercesión del Beato Tito nos ayude a sembrar en tierra buena y recibir de Dios el ciento por uno...

"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria

2 comentarios:




  1. Hoy celebramos el XIX domingo de tiempo ordinario y el Evangelio nos presenta la contraposición clara de dos ideas, la DUDA y la FE.

    Hoy Jesús se aparta de sus discípulos para subir al monte y orar en soledad, como en otras ocasiones importantes de su vida. Sin embargo sus discípulos salen a navegar en esa barca que simboliza la iglesia a la que las dificultades de la navegación la hace zozobrar en mares tempestuosos. Hoy día esa barca también es sacudida por las olas y por los vientos en contra. Las olas de nuestros días se traducen en una sociedad cada vez más laica en la que a menudo tiene más importancia lo material que lo espiritual, una sociedad donde el tener cobra más valor que el ser, en una sociedad donde el individualismo exacerbado deja atrás el espíritu de comunidad que Jesús nos enseñó. Y el viento en contra a veces viene desde el mismo interior de la barca, que en ocasiones no ha sabido estar a la altura de lo esperado y ha navegado entre dos aguas, dejando a sus fieles en un mar de dudas que les han hecho zozobrar en la fortaleza de su fe.

    Jesús en el evangelio de hoy aparece para salvar a sus discípulos de la tempestad que les acecha. Hoy Jesús también sale a nuestro encuentro y a servirnos como guía y como faro de nuestra vida, para que al seguirlo y seguir sus enseñanzas podamos llevar nuestro barco a buen puerto con un paso firme y haciendo frente a las olas y a los vientos en contra que nos amenaza en nuestro navegar. Pero para ello tendremos que mantenernos firme en la fe, no tenemos que dejarnos vencer por el miedo de la incertidumbre, como le ha pasado hoy a Pedro.

    La fe y la duda se contraponen, “¡Hombre de poca fe!. ¿Por qué has dudado?”, dice hoy Jesús a Pedro. Pero es tan humano dudar, es tan humano sentir miedo como hoy sienten los discípulos cuando los peligros del mar amenazan la estabilidad de su barca, es tan humano a veces sentirse solo.

    ¿Quién no se ha sentido a veces abandonado por Dios?. ¿Quién no ha sentido que a veces Dios no escucha sus súplicas?. ¿Quién no se ha dejado tentar a veces por las dudas?. Cuando estas preguntas nos atenacen, seamos capaces de hacer hoy como Pedro, seamos capaces de gritar “Señor, Sálvame”. Porque indiscutiblemente si tenemos una fe fuerte, cuando Jesús suba a la barca de nuestra vida el viento en contra amainará.

    Sigamos solicitando con fe la intercesión del beato Tito para la sanación de los enfermos de nuestro blog. Y hoy de manera muy especial también apelo a la intercesión de Santa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), cuya onomástica celebramos cada 9 de agosto y pertenece también a la orden del Carmelo a la que todos los seguidores de este blog nos sentimos tan unidos.







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  2. “MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA y DANOS TU SALVACIÓN”
    Salmo 84

    Los Dioses de nuestros días, el dinero y el poder, y sus acólitos que viven adorándolos, gastando todas sus energías en engrandecerlos, se apartan cada vez más de lo espiritual y se pierden para toda la eternidad de la presencia de La Santísima Trinidad. Los que aún caminamos al lado del Señor, dejándonos llevar por el Espíritu Santo, confiando en nuestro Creador, y con la esperanza en la Resurrección de Hijo De Dios, tenemos la obligación de crecer en la Fe y transmitir el mensaje de amor que la redención nos dejó.

    Sólo nos queda rezar por aquellos que se alejan de nuestra fe, para que el Espíritu del Señor y su misericordia abran sus ojos y lleguen al instante de su muerte arrepentidos y en los brazos De Dios.

    A tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. A tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, nuestros ruegos y oraciones bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso y nada hay imposible para Ti. Concédenos lo que te pedimos. Amén

    Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma. Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por su enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la Virgen María.

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