domingo, 14 de junio de 2020

"Glorifica al Señor, Jerusalén"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión! (Salmo 147 ...

La liturgia hoy está centrada toda ella en el misterio de la Eucaristía, y la Palabra de Jesús en el evangelio de hoy, es revelación, es anuncio, es testimonio de una verdad consoladora y generadora de esperanza, que ojalá nos creamos de forma coherente... Nuestro mundo, tan funcional y práctico no se conmueve cuando escucha hablar del cielo... no van por ahí nuestras aspiraciones, ni son estos valores los que persiguen nuestros objetivos, desgraciadamente... 

Muchos piensan que no es necesario para la fe beber y vivir de esta fuente, y anulamos toda su eficacia en nosotros por falta de acogida y adhesión, y un peregrino que no renueva sus fuerzas, dificulta la llegada a la meta, incluso puede perder el rumbo y abandonar antes de llegar a ella... Vivimos totalmente en un contexto, no diferente, sino contrario a la fe, y nos han podido a fuerza de manipular nuestra sed de infinito con sucedáneos que ni nos dan lo que prometen ni nos permiten encontrar lo que buscamos, pero que sí consiguen separarnos del camino que lleva a la vida, que además da vida mientras se recorre...

Las afirmaciones hoy de Jesús son determinantes "Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él"... abramos el oído y el alma a este don hasta dejarnos tocar por él, y agradezcamos el derroche de amor y de gracia que contiene la Eucaristía... los sacramentos son canal de gracia, y por ellos recibimos el don renovado para equiparnos en la vida cada día... Qué bien reflejado queda en los salmos el sentir que provoca la luz desprendida de la palabra de Dios... oportuno salmo, 147 para rezar hoy con la Iglesia y su liturgia...

"Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. 

Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,

ni les dio a conocer sus mandatos" (Salmo 147)...

SALMO DEL DÍA – Orar con el salmo del día

Rezar cada día unos por otros, unos con otros, es cuidar la fe y disponernos a dar frutos de vida eterna mientras vamos aún de camino... Pensemos, entonces, en los enfermos del blog... todos, uno a uno... sus familias... los enfermos de Covid 19... sus familias... los que están sufriendo las pérdidas de los que se fueron... los que se han ido... y los que siguen luchando atravesando barreras heroicamente, sembrando el bien a precio muy alto... Llevemos a la presencia de Dios el dolor de todos, tantos anhelos, tantas lágrimas rezadas con fe y devoción... nos ayudamos de la intercesión del Beato Tito, para que nuestra fe sostenida en la suya, nos alcance de Dios y su misericordia, los frutos que esperamos...

"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria

4 comentarios:

  1. “GLORIFICA AL SEÑOR, JERUSALEN”
    SALMO 147

    Hoy, en el día del Señor, celebramos que vino a redimirnos, a derramar su sangre por nuestra salvación. Nos enseña, como siempre el camino a seguir, comer su carne y beber de su sangre, para hacernos uno con Él, por el Sacramento de la Comunión.
    La palabra es bastante explicita:
    “....Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre... El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
    ...El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él... el que come este pan vivirá para siempre”. (Jn 6,51-58)

    A tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. A tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, nuestros ruegos y oraciones bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso y nada hay imposible para Ti. Concédenos lo que te pedimos. Amén

    Todo su pueblo glorifica al Señor.

    Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma. Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por su enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la Virgen María.

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  2. Hoy celebramos el día del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi) y las lecturas de hoy nos rememoran la idea de Jesús convertido en pan a través de su cuerpo y en vino a través de su sangre para que por medio de estos elementos podamos recibir su espíritu en comunión.

    A lo largo de las lecturas de hoy, el alimento proporcionado por Dios a su pueblo ocupa un lugar muy importante. En la primera lectura, en el libro del Deuteronomio, se nos habla del maná como comida divina que Dios entrega a su pueblo en el desierto para saciarlo del hambre que estaban padeciendo durante su trayectoria. Pero no sólo para saciarlo del hambre física, sino del hambre espiritual.

    “Y después te alimenta con el maná…para hacerle reconocer que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Dios”.

    Pero si antes de la venida de Jesús, Dios alimentaba a su pueblo con maná, con la venida de Jesús Dios alimenta a su pueblo con la carne y la sangre de du propio Hijo unigénito, sacrificado como Cordero Pascual para el perdón de los pecados.

    Jesús se convierte en el alimento del pueblo de Dios a través de su cuerpo y a través de su sangre. Él será el pan y el vino que hará vivir para siempre al que lo coma y lo beba, porque estos son alimentos divinos bajados del cielo, según nos dice hoy el evangelio de Juan. Su cuerpo y su sangre son alimentos que sacian eternamente y a través de los que se consigue la vida eterna, porque a través de la comunión con Jesús, a través de su cuerpo y su sangre conseguimos habitar y vivir en Cristo.

    “El que coma mi carne y beba mi sangre habita en mí y yo en él”

    El cuerpo de Cristo simbolizado en pan y la sangre de Cristo simbolizado en vino es el alimento eterno y divino que nos saciará de nuestra hambre y sed espiritual, de nuestra hambre y sed de Dios, de nuestra hambre y sed de vida. A través de ellos no sólo podemos conseguir la total comunión con Dios, sino la vida eterna y como dice San Pablo en su carta a los Corintios, la unión de todos los hermanos en un solo cuerpo.

    “Porque el pan es uno, nosotros siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan”.

    El cuerpo y sangre de Cristo nos debe alimentar de FE en un Jesús resucitado para la salvación de los hombres, de ESPERANZA en un mundo más solidario y equitativo y de CARIDAD ante el que sufre.

    Hoy, día que celebramos el Corpus Christi, tengamos si cabe aún más presente en nuestras oraciones a nuestros enfermos del blog y a los enfermos de esta pandemia que nos está desolando. Recemos por todos ellos y por sus familias, para que el Cuerpo de Cristo simbolizado en la Eucaristía les pueda proporcionar alivio en su dolor. Aboguemos por la intercesión de nuestro beato Tito para que nos ayude en nuestra petición conjunta.

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