martes, 7 de abril de 2020

"Mi boca contará tu salvación, Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!



Estrechándose el camino en la liturgia, la escena que nos pinta hoy el evangelio, es un dardo fino clavado en el alma a Jesús, entre los suyos, llevándole a pisar firme, su, cada vez más próximo, destino... Aquí comienza a ejecutarse su drama; entre amigos se fragua la traición... A cambio de amor sin limite y sendas nuevas que llevan a nuevos caminos, se corta el paso con el juego sucio de vender la vida por dinero...

¿Qué dice a mi fe esta palabra de Jesús, donde nos podemos encontrar todos reflejados? ¡¡qué valiente Jesús, y qué cobardes nosotros!!... ¿Creemos de verdad a Jesús, para poder creer en Él? ¡¡Cuánto aprenderíamos, si calláramos mientras le miramos ir a la muerte, mansamente, sin resentimientos!!... Tengamos la valentía de escuchar, cada palabra y cada silencio, en este camino sin retorno, ya iniciado, y que nos lleva a todos a cuestas, sin que haya mermado en nada su amor por cada uno de nosotros... El bien y el mal hacen camino juntos, con destinos bien diferenciados... 

Iluminemos la vida en los misterios ofrecidos por la fe, y elevemos la mirada sobre la realidad, porque el tiempo no es fin en sí mismo, sino camino que conduce y acerca, cada día, a donde vamos... Perfectamente escogido el salmo 70 por la liturgia, para despertar en nosotros el deseo de Dios, y la necesidad de su cercanía y su misericordia...

"A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. 

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. 

Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.

Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,

y hasta hoy relato tus maravillas" (Salmo 70)...


Mantengamos el corazón en la confianza, aunque nos cueste interpretar la realidad... bástenos saber, que Dios sabe, y viene con nosotros... Pensemos, hasta recordar a todos, como cada día, en los enfermos del blog... uno a uno... también sus familias... sumando, como no puede ser de otro modo, los infectados por la pandemia... Miremos al cielo acogidos a la intercesión del Beato Tito, y pidamos, para todos, la salud, la fe, la fortaleza y la esperanza... No nos separemos de Dios al cruzar este momento incierto, difícil y oscuro, porque también conduce a la vida, y dejará sin duda, huella en nosotros, ojalá habiéndonos visto crecer en lo verdadero, y aprender de dónde no nos debemos nunca soltar hasta llegar donde vamos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria 

3 comentarios:

  1. “MI VOCA CANTARÁ TU SALVACIÓN, SEÑOR”
    Salmo 70

    Durante esta semana de pasión conmemoramos todos los acontecimientos que fueron llevando a nuestro Señor Jesucristo a su destino final, profetizado en las Sagradas Escrituras del Antiguo Testamento. Fueron momentos difíciles para Jesús, de aceptación de la voluntad del Padre. A pesar de lo que se le venía encima, de lo que era plenamente consciente, su obediencia es absoluta y se entrega al sacrificio de la cruz por nuestra redención y salvación.

    Tiene que sufrir en esos momentos la traición de uno de los suyos, pero lo acepta y asume ser el Cordero Pascual por cuyo sacrificio el hombre se redime del pecado y obtiene la posibilidad de vivir eternamente. Tendríamos que preguntarnos, con mucha frecuencia, si somos traidores como Judas, si cada vez que le ofendemos, utilizamos su nombre en vano o renegamos de la fe y dela Iglesia, estamos traicionando al Señor. No olvidemos de la dureza de las palabras de Jesús al traidor: “mejor no hubiese nacido”. No es habitual en Él esa respuesta, sin embargo, quien tiene el sobrenombre de MISERICORDIOSO, tilda así el comportamiento del apóstol que, con beso, lo vendió por 30 monedas de plata. Miremos en nuestro interior, pidamos perdón, adoremos y alabemos al Señor, catemos la salvación de los hombres por todos los rincones del mundo.

    A tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. A tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, nuestros ruegos y oraciones bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso y nada hay imposible para Ti. Concédenos lo que te pedimos. Amén

    Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma. Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por su enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la Virgen María. Amén.

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  2. Las lecturas de la liturgia de hoy, Martes Santo, nos vaticina la pasión que en breve y como hombre sufrirá el Hijo Dios.

    El evangelio de hoy nos habla de una doble TRAICIÓN.

    Por una parte, la primera y gran traición la protagoniza Judas, quien por unas monedas de plata es capaz de vender a su Maestro. A pesar de que Jesús es conocedor de esta traición que iba a sufrir, no actúa contra Judas con rencor. Jesús lo señala ante el resto de los discípulos como aquél que lo traicionará ofreciéndole “pan” untado, símbolo de Su Cuerpo en la celebración de la Eucaristía.

    Sin embargo, ante el ofrecimiento de este “pan”, Judas paga a Jesús con la traición de quien deja entrar en su alma al maligno, de quien deja entrar en su alma a Satanás.

    “Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás”

    El mal entra en el alma de Judas, y es entonces cuando el discípulo se dispone a consumar la traición de aquél que tanto lo amó.

    Y por otra parte, la segunda traición aparece en el evangelio de hoy anticipada por el mismo Jesús, porque Él ya también era conocedor de que se produciría. Esta segunda traición también la protagonizará otro de sus discípulos, otro de sus incondicionales, Pedro.

    “¿Con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces”.

    Jesús es conocedor que en las horas de angustia y de dolor que le esperan se encontrará sólo, que poco a poco hasta sus discípulos más allegados y más leales lo irán abandonando presa del miedo del momento.

    Y aun así me sorprende la ternura con la que Jesús habla a todos ellos y el amor con el que los trata en su “despedida” antes de la cruz. Al igual que haría un padre que sabe que va a dejar a sus hijos indefensos y quiere agotar con ellos hasta el último momento posible Jesús les dice:

    “Hijitos, me queda poco de estar con vosotros….. Donde yo voy no podéis venir vosotros”.

    Y es que allí donde Él va a dirigirse tras el amargo trago que le queda por pasar en su humana pasión es a reunirse con el Padre, en una unión que es más una fusión del uno con el otro. Porque Jesús es el Hijo del hombre, pero Jesús también es Dios y como tal también tiene naturaleza divina.

    “Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él”

    Es tiempo de dolor y de pasión. Por una parte, la pasión divina de Jesús caminando hacia la Cruz, y por otra parte, pasión humana de una sociedad que camina hacia su cruz particular de una pandemia mortal.

    Jesús en su camino hacia la cruz irá atravesando un camino cuesta arriba que terminará en el punto más alto del calvario. Allí será crucificado pero de allí saldrá victorioso y resucitado.

    Nosotros los humanos en nuestro camino hacia nuestra cruz de la pandemia, estamos también atravesando un camino de una curva ascendente de la que, al igual que Jesús, conseguiremos salir victoriosos y “resucitados” humanamente como sociedad.

    Y en este tiempo de pasión y dolor, no nos olvidemos de todos nuestros enfermos, los enfermos del blog y los enfermos de este virus que está asolando a nuestro planeta en estos días. Que nuestro beato Tito siga intercediendo por todos ellos.





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