sábado, 14 de marzo de 2020

"El Señor es compasivo y misericordioso"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Resultado de imagen de Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades

El corazón de Dios es el único espacio seguro donde el ser humano puede sostenerse, retornar al bien, ser restaurado y fortalecido, hacer camio de vuelta, encontrar la senda del bien, la verdad, la justicia, la paz... el corazón de Dios es seno materno... ¡¡ojalá lleguemos al corazón de Dios, porque El nos espera cada día!!...

Nosotros por el contrario, somos todos pecadores, egoístas, nos guardamos detrás de las apariencias, no sabemos amar sin rencor, ni perdonar sin venganza... ¡¡Cuánto tenemos que mirar el corazón de Dios, tocar su ternura, saborear su perdón!!.... Sólo el contacto con su misericordia, puede vincularnos a su amor, liberarnos de la idolatría, sanarnos de raíz… Sólo en la experiencia objetiva de ese amor, seremos capaces de amar, perdonar, hacer hermanos, ser hijos… ¡¡Hagamos cuaresma!! ¡¡retornemos!! Dios nos espera… percibe nuestros pasos, aunque estemos aún lejos, si nuestro deseo de retorno es sincero…

Recemos con la liturgia el salmo 102… centremos el acto de fe en la respuesta propuesta hoy “el Señor es compasivo y misericordioso”… descansemos en esta verdad creyendo en ella, acunemos esta Palabra en nuestro corazón, y volvamos seguros a Dios, que nos sale al encuentro, nos cubre de besos, y nos prepara una fiesta… seamos agradecidos, coherentes, y optemos por el compromiso serio y firme de volver a Él para siempre y vivir siempre a su lado…

 "Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. 


Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. 


 No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.


Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que lo temen;
como dista el oriente del ocaso,

así aleja de nosotros nuestros delitos"(Salmo 102).....

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No podemos dirigir la mirada a otro sitio que no sea el cielo implorando ayuda para esta situación en que nos vemos todos, aunque no todos estamos en las mismas circunstancias... Recordamos a cada enfermo de este blog, y de esta pandemia... todos, uno uno... también sus familias... llamamos al cielo acogidos a la intercesión del Beato Tito y ponemos en común nuestras súplicas... pedimos la salud para todos y un aumento de gracia, que nos capacite para madurar la fe en el dolor y verla florecer para gloria de Dios... Queremos ayudarles a todos... sabemos que muchos atraviesan túneles mas oscuros, pero vamos con ellos complementando las gracias de la comunión que siempre es eficaz y efectiva... Mantenemos el corazón en la confianza y valorando el don de Dios, queremos acogerlo y pasarlo por nuestra vida, para que nos conforme con la Voluntad de Dios, expresión máxima y concreta de su amor en cada uno de nosotros...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

4 comentarios:

  1. “EL SELOR ES COMPASIVO Y MISERICORDIOSO”
    Salmo 102

    Como en el Evangelio de hoy, el padre que recibe al hijo pródigo, nuestro Señor y Padre nuestro, por su compasión y misericordia, nos recibe siempre con los brazos abiertos cuando volvemos arrepentidos de haberle ofendido a su redil. Y eso es lo que nos pide a todos, que perdonemos a nuestros hermanos, que le ayudemos a encontrar el camino de casa, de la mesa del Señor.

    A tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. A tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, te j urge ver deas ytnuestros ruegos y oraciones de tu bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso y nada hay imposible para Ti. Concédenos lo que te pedimos. Amén

    Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma. Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por vesu enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la Virgen de María. Amén.

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  2. En el evangelio de hoy Dios se nos muestra en toda su grandeza y su benevolencia de PADRE.

    La parábola de hoy, el hijo pródigo, nos trae a colación dos temas fundamentales. Por una parte la envidia, esa envidia encarnada en el hermano mayor, el hijo leal, el hijo que siempre obra con rectitud y siguiendo los designios de su padre, ese hijo fiel y obediente que se siente menospreciado por su padre con respecto a su hermano pese a su lealtad.

    A veces, como le ocurre a este hijo mayor de la parábola de hoy, nos sentimos mejor que el resto de los que nos rodean. Por el hecho de llevar una vida que creemos “intachable”, pensamos que somos superiores, e infravaloramos a los que quizás consideramos que no son tan “buenos” como consideramos que somos nosotros. Y yo me pregunto, ¿no es esto orgullo y soberbia?. ¿Quién, en algún momento de su vida, creyéndose mejor que el resto cae en ese orgullo de sentirse superior?.

    El otro tema y como contrapunto al primero que nos plantea la lectura de hoy es el perdón y la benevolencia, encarnado en el padre de la parábola. Este padre, a pesar de haber sido abandonado por su hijo menor, a pesar de haber dilapidado parte de su fortuna en una vida licenciosa, a pesar de haber huido de su casa y de haberle dado la espalda nos ofrece un ejemplo de perdón, él sabe perdonar como nadie.

    Pero para ello, para poder actuar como hoy lo hace el padre de la parábola, hace falta tener un corazón muy grande, abierto al perdón y carente de rencor.

    Así es el corazón de Dios, como el del padre de la parábola, porque Él también es Padre y Él sabe perdonarnos cada vez que nosotros, al igual que el hijo menor, nos alejamos de Él y de su casa y le damos la espalda.

    Pero Dios, como buen padre, como buen ABBA, también sabe perdonarnos siempre que nos acercamos a Él con verdadero arrepentimiento. Él nos vuelve a colocar la mejor túnica, nos vuelve a calzar, nos entrega el anillo de la familia y con el “banquete” de su cuerpo nos vuelve a acoger en su familia, en su casa y en su seno.

    Y yo me pregunto, ¿no nos deberíamos sentir dichosos los cristianos de tener un Padre así?, ¿dichosos de tener un Dios que sobre todo es Padre, que sobre todo es benevolente y que sobre todo es humano?.

    Sabiendo pues, lo afortunados que somos por este PADRE celestial que sabe perdonarnos de todos nuestros desvíos, solicitemos su gracia a través de la intercesión de nuestro beato Tito. Que su gracia se derrame sobre todos nuestros enfermos del blog y sobre todos sus familiares para que, en comunión conjunta, no desfayezcan en su esperanza en su fe en la batalla contra la enfermedad.

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