miércoles, 29 de enero de 2020

"Le mantendré eternamente mi favor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

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Verdaderamente Dios nos precede, siempre y en todo... su gracia es escudo con que protegernos de todo lo que nos impide avanzar seguros en la vida... Quien se arriesga a echar los cimientos en Dios, pisará firme por los "raíles" de la confianza, sin dudar que el "misterio" tiene "Amo", sabemos a quién pertenece... y sabemos quién nos conduce, con quién vamos, quién viene con nosotros...

No obstante, la Palabra de Jesús hoy, servida en la liturgia, nos aclara que no somos sujetos pasivos en las manos de Dios, sino más bien, semillas de esperanza en el campo de la vida, que Dios va sembrando con amor eterno, inquebrantable, soñando frutos multiplicados, en la tierra de todos, para todos comer y compartir...

Pongamos a producir nuestro don único... seamos tierra buena... el TODO necesita cada PARTE, y cada PARTE sin el TODO es NADA... Es determinante anclarnos a la raíz, para que la savia nos nutra; sólo así nos veremos florecer... y Dios, quiere que florezcas... Acerquemos el oído a la Palabra y seamos de los la escuchan y crecen al calor de sus propuestas, en el deseo de sus valores, en la firmeza de sus criterios... Jesús, Maestro, te llama a su seguimiento, Él te instruirá en sus caminos y caminará contigo hasta donde vamos... Su alianza de amor es eterna y por la fe, pertenecemos a ella... 

"Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades» 

«Él me invocará: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora";
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra»

«Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable;
le daré una prosperidad perpetua
y un trono duradero como el cielo»" (Salmo 88)...


Resultado de imagen de la alianza del señor es para siempre

Nosotros, los que cada día lo hacemos, queremos perseverar en ello... recemos unos por otros... recordemos a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo y pongamos en las manos del Beato Tito nuestras súplicas... la salud de nuestros enfermos... la gracia para permanecer firmes, fuertes, confiados... no nos faltará el amparo y la fortaleza para seguir adelante... Dios está con nosotros abriéndonos paso y sus caminos son seguros, aunque no siempre hay claridad en ellos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.


Padrenuestro – Ave María – Gloria …

2 comentarios:

  1. “LE MANTENDRÉ ETERNAMENTE MI FAVOR”
    Salmo 48

    ...”¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno”... (Mc 4,1-20)

    Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma. Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por su enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la Virgen María. Amén.

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  2. En el evangelio de hoy Jesús sigue predicando su mensaje de construcción del Reino a través de parábolas. Hoy nos presenta la parábola de la lámpara y de lo oculto.



    Hoy nos dice Jesús:



    “El que tenga oídos para oír, que oiga”



    Y hoy lo que tenemos que oír es quizás lo que a veces se quiere o se pretende ocultar sin éxito.


    Es difícil tratar de ocultar la luz cuando sientes que estás siendo iluminada por ella, porque tarde o temprano esa luz saldrá de su escondite oculto para iluminar todo lo que nos rodea. A veces nos guardamos sentimientos que nos acercan a Jesús y a sus enseñanzas por miedo por temor a ser juzgados, por cobardía a que en ese “mostrarnos” dejemos traducir nuestra debilidad en un mundo cada vez en el que impera el materialismo desacerbado, el gusto por lo superfluo y donde los sentimientos se van dejando atrás en un mundo de prisas.



    Y los vamos dejando atrás por falta de tiempo, por falta de costumbre, por falta de valentía para mostrarlos, por falta de saber a quién expresarlos… Y poco a poco, en este ir dejando atrás los sentimientos, nuestro corazón y nuestra alma se van oxidando, se van endureciendo y se van volviendo cada vez más gélidos…muriendo así con ello parte de nosotros.



    Sin embargo, cuando estos sentimientos son verdaderos, fuertes, claros y limpios nuestra “lámpara”, aunque la guardemos debajo de la cama, terminará iluminando con su claridad, porque siempre la luz es más fuerte que la oscuridad, y cualquier rayo de luz, por muy tenue que sea, sabrá hacerse hueco en la sombra y en las tinieblas de lo escondido.



    Porque esa luz, simbolizada en el amor de Cristo, aunque la intentemos ocultar por motivos varios, si se siente interiormente, sabrá salir a flote y al final ocuparás su lugar en el candelabro y saldrá de lo oculto, de debajo del celemín o de la cama.


    También nos dice hoy Jesús:



    “al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene”



    Si nos sentimos iluminados por esa luz, si sentimos que esa luz se nos ha dado, mostrémosla sin reparos, démosla a conocer a nuestro alrededor para que podamos iluminar con ella a los que nos rodean, no la ocultemos entre miedos y temores, porque si esa luz es verdadera y realmente se siente, sabrá brillar aún en medio de la oscuridad, aún en medio de lo oculto.



    Y precisamente luz que ilumine el camino de nuestros enfermos del blog es lo que solicito hoy a nuestro beato Tito en su intercesión. Que esa luz de la que hoy hablamos ilumine sus dudas en el camino incierto de la enfermedad y que termine imperando con su brillo.







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