jueves, 26 de diciembre de 2019

"A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

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El impacto que puede causarnos la liturgia hoy con la celebración del martirio de San esteban, primer mártir de la fe cristiana, no tiene que nublarnos el horizonte, pero sí es una llamada a no vivir superficialmente los grandes misterios de la fe... 

El nacimiento en la carne del Hijo de Dios, cambia radicalmente todas las perspectivas... Dios mismo es la respuesta, al caos y la deriva, a que nos llevan nuestras propias acciones; y, mientras la gracia se derrama sobre el mundo, los hombres seguimos atentando unos contra otros, sin que la luz de la razón nos penetre por la gracia, que no queremos acoger...

El martirio es consecuencia de la fe... y Dios, que no seduce con la mentira, se manifiesta en Belén, y quien se encuentra con su luz y su verdad, tiene la valentía de defenderla hasta el final con el propio testimonio... La vida sin trascendencia, sin fe, sin respeto al misterio que Dios se guarda para llevar a cabo su obra hasta el final, nos hace egoístas y caprichosos, restándonos capacidad para enfrentarnos a lo real y dar sentido a lo cotidiano... ¡¡Bonita oración nos facilita el salmo 30, con que reza hoy la Iglesia en su liturgia!!...

"Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirigeme y guíame.

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Te has fijado en mi aflicción. 

Líbrame de los enemigos que me persiguen;
haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia" (Salmo 30)...


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Bonito contexto para rezar unos por otros, recordando a los enfermos del blog... a todos, uno a uno... también sus familias... Mirando al cielo ayudados de la intercesión del Beato Tito, también testigo de la fe como San Esteban, volvamos a pedir la salud y la fe, para que el don de Dios germine en nosotros y seamos coherentes hasta dar testimonio de vida cristiana...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

5 comentarios:

  1. “A TUS MANOS, SEÑOR, ENCOMIENDO MI ESPÍRITU”
    Salmo 30

    Encomendamos no sólo nuestro espíritu al Señor, encomendamos nuestra vida aquí en la tierra, para que nos libre de las tentaciones que pondrán piedras en el camino del Señor. Ponemos nuestra alma en manos de la misericordia del Señor, al que le suplicamos que no nos abandone, sea nuestra roca y nuestro refugio, que nos proteja del maligno y que nos acreciente la fe y la confianza en su voluntad, para que la esperanza crezca en nosotros y los dones del Espíritu Santo florezcan dentro de nosotros y den los frutos que agradan al Señor.

    Sabemos que por mucho que hagamos no podemos pagarle su sacrificio para redimirnos del pecado, que alcanzar y compartir el Reino en su presencia es un don que sólo podemos recibir por su misericordia y voluntad. Le suplicamos que perdone nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, que perdone nuestras debilidades por nuestra naturaleza imperfecta y que no deje de amarnos, como nosotros amamos a nuestros hermanos.

    Suplicamos como cada día por la salud de nuestros enfermos, para que nuestro Señor les conceda la salud. Se lo pedimos por el amor que le tenemos a María Santísima y por la intercesión del Beato Tito Brandsma. Amen

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  2. Jesús acaba de nacer, sólo tiene unos días de vida y ya las escrituras de la liturgia de hoy nos anticipa la dificultad que supone seguir su mensaje y declararse discípulo suyo.

    Hoy tanto en la primera lectura como en el evangelio se detalla claramente lo empinado que se torna muchas veces el camino que lleva a seguir a Jesús. Muchas veces en ese camino nos encontramos solos, abandonados e incomprendidos. Otras veces en ese camino nos encontramos con personas que nos intentan poner zancadillas para que tropecemos en nuestro caminar y perdamos el paso. Otras veces incluso, como a Esteban en la primera lectura, llegan a apedrearlo y matarlo por ser un seguidor de Jesús, por llevar como bandera sus palabras, por encontrarse lleno del Espíritu Santo y por ser capaz de ver lo que otros en su ceguera ni siguiera pueden llegar a atisbar.

    Esteban es el único que

    “ve los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios”

    En el evangelio Jesús hoy advierte muy claramente a sus discípulos sobre los peligros y los sinsabores que a veces tendrán que soportar por seguirlo a Él y anunciar su palabra.

    “¡Cuidado con la gente!. Porque os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante los gobernadores y reyes por mi causa…”

    Sin embargo, aunque el camino se torne difícil, aunque los peligros atenacen tanto a Esteban como a los discípulos de Jesús, aunque sean perseguidos por seguir al Maestro, en todos ellos hay una fuerza extraordinaria que los soporta y le aporta valentía ante los momentos de adversidad. Esta fuerza es el Espíritu Santo, que los llena y los envuelve con su poder para que con su gracia todos ellos puedan seguir desarrollando su misión evangelizadora sin desfallecer ante los problemas que se encuentran a su paso.

    Pero aunque el camino se torne tortuoso en muchos momentos, tanto en la primera lectura como en el evangelio se lanza un mensaje esperanzador, lleno de confianza e ilusión.

    En la primera lectura, Esteban muere mártir dilapidado por los judíos que no saben comprender su mensaje. Allí entre esos judíos se encuentra un joven Saulo, quien de una forma activa o pasiva contribuye a esta muerte. Sin embargo poco después de esta muerte de Esteban este joven Saulo se convierte y pasará a ser el evangelizador que lleve las palabras de Jesús que antes rechazaba a todos los confines del mundo. Por tanto la muerte de Esteban no fue en vano, su muerte trajo de alguna manera la conversión de Saulo a Pablo y con ella la expansión de las palabras de Jesús.

    Y en el evangelio es el mismo Jesús el que lanza el mensaje de esperanza ante la adversidad a sus discípulos con estas palabras:

    “Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el final se salvará”

    Así pues, las lecturas de hoy nos hablan de dificultades en el camino que llevan a seguir a Jesús, de incomprensiones y de rechazo en muchas ocasiones. Pero también nos habla de esperanza y salvación en todo aquél que persevere en el caminar. Y con este mensaje de esperanza, confianza, ilusión y salvación es con el que nos debemos de quedar cuando nuestro propio camino se torne difícil, cuando veamos que nuestro camino se vuelve empinado, cuando pensemos que no seremos capaces de llegar a la meta.

    Y esperanza ante la enfermedad es lo que deseamos para todos los enfermos del blog, que esta esperanza en su sanación no decaiga nunca a pesar de las dificultades que se encuentren en el camino de la enfermedad. Pidamos entre todos a nuestro beato Tito que nos ayude en este deseo conjunto con su intercesión.







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