miércoles, 27 de noviembre de 2019

"Ensalzadlo con himnos por los siglos"...


Luce de nuevo un 27 en el calendario, el último del año cristiano 2019... La liturgia hoy parece más bien un periódico de actualidad que una crónica del Antiguo Testamento... ¿De verdad ha evolucionado el ser humano que presume de progreso, y por el contrario se limita a repetir los mismos errores de todos los tiempos?... La burla y la ironía a lo Sagrado cree tener la última palabra, y no saben que hay otra Palabra detrás, que no tiene que ser inmediata, pero que será pronunciada con firmeza y eficacia, porque no es cualquier Palabra, ni está respaldada por cualquier Voluntad...

Quien tiene que devorar el tiempo porque se le impone límite a su hazaña, va con desventajas a quienes el traspaso del tiempo les lleva a su destino... La fe es la última palabra que abre surcos en el infinito, dándonos cosecha del ciento por uno a los que sembramos en la confianza nuestro capital más preciado...

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Agradecemos al Señor y al Beato Tito, la gracia de nuestra comunión, que se consolida ... El interés sincero de unos por otros, que crece... La oración suplicante que mantenemos viva, ayudándonos a vivir la fe por el camino seguro de la confianza de corazón... El tiempo -hoy son 45 meses de encuentro diario- va creando entre nosotros vínculos reales... objetivos... sentimos latir como propio, los problemas de los otros en nuestro corazón, y queremos acercar al dolor de cada uno, el bálsamo del consuelo con que la fe toca el alma, dejando a su rastro, el hálito de Dios Omnipotente, que vive a nuestro lado todo lo que nos envuelve, aunque sintamos -a veces- que caminamos a oscuras..

También hoy bendecimos al Señor, continuando con el mismo cántico, en la voz de la Iglesia... la alabanza es el acto que más nos engrandece ante la obra de Dios y su misterio... Prestemos nuestra voz y nuestra actitud a la liturgia y dejemos resonar la misma palabra de Dios que quiere derramarse sobre el mundo, la Iglesia y nosotros...

"Sol y luna,
bendecid al Señor. 

Astros del cielo,
bendecid al Señor. 

Lluvia y rocío,
bendecid al Señor. 

Vientos todos,
bendecid al Señor. 

Fuego y calor,
bendecid al Señor. 

Fríos y heladas,
bendecid al Señor" (Dn. 3,62)...


Con el recuerdo en los enfermos del blog... en todos, uno a uno... también sus familias... supliquemos al cielo un día más, a la espera de que el cielo responda... Que la intercesión del Beato Tito empuje a la misericordia de Dios, a dar frutos a nuestra fe, débil, pequeña, "interesada", consciente de que necesitamos de la gracia para hacer frente a la vida y sus dificultades... Que recuperen la salud, y la gloria de Dios nos trasforme impulsándonos a la conversión, para ser y para vivir, como verdaderos hijos suyos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

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Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...

6 comentarios:

  1. “ENSALZADLO CON HIMNOS POR LOS SIGLOS”
    Salmo Dn 3

    No nos sale gratis ofender al Señor, como bien le dice el profeta Daniel al rey Baltasar, que ofendió grave mente al Señor. Todo esto ocurrió mucho antes de la venida del Hijo De Dios para redimirnos del pecado con su pasión y muerte en la cruz, con lo que se nos da la posibilidad de reemprender el camino una y más de 70 veces mil para salvarnos, porque Dios nos ama y su misericordia siempre está dispuesta a limpiarnos del pecado, si le demostramos nuestro amor sincero.

    Es la grandeza de nuestra fe: el amor y el perdón. Qué más se le puede pedir a un Padre, qué además te lo da todo y qué es capaz de tanto para que camines a su lado eternamente... ¿Pedirle? lo que necesitemos de Él, para eso se ofrece por nosotros hasta morir. A cambio, que menos , que adorarlo, ensalzarlo y bendecirlo eternamente, y sobre todo, amarlo como a Él le gusta, amando a sus hijos, nuestros hermanos, especialmente a los más necesitados

    En el evangelio de hoy, de San Lucas (21,12-19), nos avisa de que el camino no será fácil y estará lleno de dificultades y peligros. Nos previene de que a manos de cualquier hombre, incluso de los que nunca pensemos que nos traicionarían, sufriremos por su casa. Nos insta a no desfallecer, a continuar en la fe, porque por mucho daño que hagan a nuestro cuerpo, nuestra alma saldrá victoriosa. Pongámonos en sus manos, su Espíritu nos iluminará y llenara de sabiduría para tomar la dirección correcta.

    Es en comunión de los Santos, como los seguidores de este blog por la intercesión del Beato Tito Brandsma, oramos y suplicamos por la salud de nuestros enfermos. Lo pedimos con fe y confianza y amparados por la Virgen María a la que le rogamos lleve nuestras oraciones y súplicas a los pies del trono de Dios Padre todopoderoso. Amen

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  2. Las lecturas de la liturgia de hoy me traen a la mente dos temas fundamentales: el primero, la discrepancia entre los valores del Reino de Dios y el reino del hombre y el segundo, los obstáculos que nos encontramos por el camino cuando intentamos seguir la senda cristiana.

    La primera idea la observamos en la primera lectura y queda personificada en el rey Baltasar y su opulenta y desenfrenada corte. ¡Qué fácil es muchas veces en el mundo actual, mundo de consumo frenético no dejarse llevar por el lujo, como el rey Baltasar!. ¡Qué difícil es muchas veces andar contra corriente, vivir primando los valores espirituales y los valores humanos en pos de los valores materiales de la riqueza y el poder efímero!.

    Oro, plata, bronce…materiales hermosos por los que se deja seducir Baltasar y su corte, como muchas veces también nosotros nos dejamos seducir, Nos dejamos encandilar por el brillo y el resplandor del poder y del aparentar, nos dejamos seducir por el brillo y el resplandor del dinero, nos dejamos seducir por el brillo y el resplandor de esas luces navideñas que pronto adornarán las calles de nuestras ciudades y nuestros pueblos y que nos incitarán al consumo exacerbado y en múltiples ocasiones injustificado.

    Oro, plata, bronce y celebraciones festivas con vino, como Baltasar y su corte. Así celebraremos también en muchos de nuestros hogares las fiestas venideras, sin mirar más allá, sin ver más allá que el lujo de unas fiestas eminentemente consumista al extremo, donde el despilfarro y la gula desenfrenada se dan la mano en múltiples ocasiones. Así celebraremos unas fiestas en la que muchas veces sólo queda la parafernalia de lo superfluo y no nos paramos en la esencia de la misma, no reparamos en la profundidad de lo celebrado, que no es otra cosa que el nacimiento del Mesías y con Él el comienzo del Reino de Dios.

    Y cuando nos cegamos en el consumismo enloquecido, exacerbado y falto de valores estamos nosotros también como Baltasar, alabando a “dioses de oro, plata, bronce, hierro, piedra y madera, dioses que ni viven, ni oyen ni entienden”.

    Y precisamente por esta discrepancia entre los valores del Reino de Dios y los valores del reino del hombre es por lo que a menudo los que intentamos vivir desde los valores del Evangelio nos sentimos incomprendidos y en minoría en una sociedad en la que cada día reina más el agnosticismo. No es fácil en múltiples ocasiones vivir de forma diferente a la mayoría en un mundo cada vez más secularizado. ¡Qué bien conocían este sentimiento los apóstoles en la segunda lectura de hoy!. ¡Qué duramente vivirán en sus carnes estos apóstoles el seguimiento de los pasos del Maestro!.

    “Os echarán mano, os perseguirán entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa mía…todos os odiarán por causa mía”.

    Sin embargo, lo que debe calarnos es el mensaje de esperanza final de Jesús, al igual que caló en sus discípulos cuando estaban siendo perseguidos -según nos narra la segunda lectura-, ese mensaje salvífico que servirá para dulcificar nuestros sinsabores diarios, nuestra percepción de incomprensión, nuestros momentos de dudas y pesar.

    Todos estos sentimientos derrotistas serán mitigados con perseverancia en la fe ante la adversidad porque con la “perseverancia salvaréis vuestra alma”. Y al igual que los discípulos, esta perseverancia en la fe es la actitud que tendríamos que mantener en tiempos difíciles como los que estamos viviendo hoy en día en los que nos encontramos con la fe de muchos cristianos en retroceso.

    Y precisamente perseverancia es lo que solicito en mis oraciones, perseverancia para nuestros enfermos del blog y para sus familiares, perseverancia ante la lucha diaria contra la enfermedad, perseverancia en la fe ante la adversidad en los momentos en los que el ánimo decae, perseverancia de su amor hacia Dios.







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