viernes, 8 de noviembre de 2019

"El Señor revela a las naciones su victoria"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Qué sentimos después de escuchar, en la presencia de Dios, el evangelio propuesto hoy por la liturgia? nos escandaliza la sagacidad y astucia con que se percibe la injusticia, o estas actitudes son tan cotidianas en nuestro mundo que nos estamos acostumbrando a convivir con ellas, sin temer siquiera poder llegar a vivir de ellas?

La palabra de Dios puede aportarnos criterios acertados y luz propia para descubrir el bien a la hora de hacer frente a lo real... la trampa es fruto de la mentira, y los caminos torcidos, al pisar en ellos, nos alejan de cualquier destino que no sea el egoísmo, la ambición, la codicia, donde el engaño sutilmente nos deja sumergidos sin más referencia que nosotros mismos y nuestros intereses... Dios habla cada día, a cada momento -con múltiples lenguajes-, queriendo espabilarnos el oído, incitándonos a soltar amarras, mostrándonos otros retos, otros valores, otros dones que nos permitan al vivir, convivir; al amar, compartir; al ofrecer, recibir...

La alabanza es un fruto de estos dones que el corazón canta, reconociendo la bondad y la misericordia de Dios que se desborda día a día sobre la fe de los humildes, acercando el Reino al presente... recemos hoy el salmo 97 con la iglesia en su liturgia, renovando nuestra adhesión a la fe por la alabanza...

"Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. 

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. 

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad" (Salmo 97)...


Recordemos, como cada día, a los enfermos del blog... a todos, uno a uno... también sus familias...  mirando al cielo suplicantes, confiados, firmes; acercamos a la intercesión del Beato Tito, la intención en la que perseveramos... que recobren todos la salud, y por el reflejo de la gloria de Dios en cada uno, nos convirtamos todos a la fe, y vivamos de la gracia como talante que nos convierta en testigos creíbles del amor de Dios, infinito, poderoso y misericordioso...
"confiando en el Señor, no me he desviado"·...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

3 comentarios:

  1. “EL SEÑOR REVELA A LAS NACIONES SU VICTORIA”…
    SALMO 97

    La mayor victoria de nuestro Señor es fruto de su misericordia, al vencer a la muerte tras morir en la cruz. Todo es consecuencia del amor De Dios por todos los hombres, que lleva al Hijo a encarnarse en María por obra del Espíritu Santo, nacer de ella y vivir la pasión, por la que somos redimidos del pecado, para que al final de los tiempos alcancemos, tras resucitar, la vida eterna en cuerpo y alma.

    Es el amor la mayor victoria de Cristo, amor sin limites, que nos pide hagamos nuestro como eje de nuestra vida. Nos pide algo más, muy importante, porque no hay caridad más grande que enseñar la Palabra a aquellos que no han conocido a Jesús, lo que quiere de nosotros y lo que quiere para nosotros. Es la misión principal de la Iglesia y de todos los que formamos parte de ella, mandato de Jesús a sus apóstoles y que San Pablo lo asumió como camino de obediencia a Dios y salvación de su alma por la de aquellos que lograra convencer de que la única forma de no morir era amar a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

    “lo he dejado todo lleno del Evangelio de Cristo. Eso sí, para mí es cuestión de amor propio no anunciar el Evangelio más que donde no se ha pronunciado aún el nombre de Cristo; en vez de construir sobre cimiento ajeno, hago lo que dice la Escritura: Los que no tenían noticia lo verán, los que no habían oído hablar comprenderán.”… Carta del apóstol san Pablo a los Romanos (15,14-21)

    Nuestra vida, como seguidores de Cristo, tiene que caminar por la senda del desinterés de lo material para enfocarse en lo espiritual. Nada recibiremos en este mundo que merezca la pena comparado con la vida eterna en presencia de la Santísima, de la Virgen María, de los Ángeles, de los Santos y de aquellos hermanos en Cristo Resucitado que hayan alcanzado la gracia de compartir la felicidad eterna.

    Sabemos de la victoria del Señor, de su amor por todos nosotros y confiamos plenamente en su voluntad. Le pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma para que nuestros enfermos se recuperen de las enfermedades. Virgen del Carmen, ayudamos en esta petición al Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén

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  2. “Los que no tenían noticia lo verán, los que no habían oído hablar lo comprenderán”.

    Pablo con estas palabras en la primera lectura se dirige a los gentiles, aquellos pueblos que no han sido agraciados con la elección de pertenecer al pueblo elegido por el Dios del Antiguo Testamento, al pueblo de Israel.

    Pablo se erige como “ministro de Cristo”, como gran propulsor y embajador de mensaje de Jesús en aquellas tierras donde Jesús no es conocido.

    La tarea de Pablo sin lugar a dudas es faraónica, ya que gracias a él el mensaje de Cristo pudo romper las barreras de la circunscripción de Jerusalén y expandirse a todos los confines del mundo conocido. Pablo sin lugar a dudas es el que universaliza del mensaje del Reino de Dios.

    Y yo me pregunto, sin la acción evangelizadora de Pablo, ¿cómo sería hoy día el cristianismo? ¿hubiera alcanzado la universalidad que disfruta de hoy en día o se hubiera ceñido al pueblo de Israel, a la ciudad de Jerusalén y sus contornos cercanos?. Quizás estas preguntas son difíciles de contestar, de predecir o de imaginar…

    Lo que no me cabe la menor duda es que esta labor la pudo realizar Pablo porque tras su conversión en el camino de Damasco el Espíritu Santo lo inundó con su presencia convirtiéndose en la guía de su vida y de sus acciones en una obediencia y fe total a Dios.

    Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? (Hechos 22.9-3-6)

    ¡Cuánto deberíamos de aprender de Pablo en estos menesteres!. Nosotros que hemos también sido ungidos por el Espíritu Santo a través de nuestro bautismo deberíamos dejarnos inundar por Él, al igual que hizo Pablo, para que este Espíritu nos guie con su fuerza y nos irradie su luz en los comportamientos de nuestra vida cotidiana para que éstos se conviertan en modelo para toda nuestra comunidad.

    ¡Qué diferente sin embargo es la actitud del administrador del evangelio de hoy!. Sin lugar a dudas, el Espíritu Santo no intercede por él cuando actúa de la forma que se nos indica en la parábola de hoy, porque el Espíritu Santo no puede ser guía para esta acción llena de picaresca y pillaje que este administrador infiel realiza con todos sus deudores para el provecho propio.

    Pero ¿no actuamos nosotros también muchas veces como este administrador “hábiles en los negocios” del dinero para obtener beneficio propio, para conseguir una salida airosa cuando nos vemos en apuro, a costa de actuar de una forma nada ética y alejada completamente de los valores del evangelio?. ¿No actuamos nosotros también en muchas ocasiones como este administrador, capaz de vender su alma al diablo, capaz de actuar de forma infiel y corrupta con aquellos que confían en nosotros por tal de conseguir un beneficio propio?. ¡Qué difícil es en muchas ocasiones aleccionar sobre los valores del evangelio en un mundo en el que a menudo nos inundan los medios de comunicación con casos de comportamiento similar al del administrador de la parábola!.

    Apelemos pues a la fuerza del Espíritu Santo para nuestros enfermos del blog, para que les aporte la energía suficiente de seguir en la lucha de la batalla y solicitemos la intersección de nuestro beato Tito para que nuestras oraciones por su sanación sean escuchadas.



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