lunes, 18 de noviembre de 2019

"Dame vida, Señor, para que observe tus decretos"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

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Se escucha hoy un grito en el evangelio de la misa que no debemos pasar por alto... un ciego barruntando la presencia de Jesús, se hace oír por él, pidiéndole luz para sus ojos, sin saber que en su grito había otra luz, que ya le estaba iluminando su oscuridad... ¡¡Qué misterio es la fe!!... ¡¡cómo se enciende al paso de la gracia, haciendo posible, imposibles!!...

No siempre los que vamos con Jesús facilitamos el encuentro con Él de los que pueden no verle al pasar... es más, a veces, hasta podemos impedir que le vean los que viene a nuestro lado... Jesús quiere pararse delante de cada uno y preguntar ¿qué quieres que haga por tí?... también, delante de tí y de mí... ¿qué le pediríamos hoy a Jesús, que por nuestra fe, pudiéramos ver cumplido?...

La fe es testigo y testimonio... ¡¡cuidemos la fe!!... ¡¡busquemos la gracia!!... ¡¡cultivemos el don de Dios hasta dar fruto!!... El salmo 118, propuesto en la liturgia, nos ayuda a rezar, ya que no todo favorece el camino y hay que aprender a liberarse de las sombras que nos impiden ver al luz... necesitamos de Dios para acertar... de su luz para hacer opciones válidas sin vacilar... 

"Sentí indignación ante los malvados,
que abandonan tu voluntad. 
Los lazos de los malvados me envuelven,
pero no olvido tu voluntad. 

Líbrame de la opresión de los hombres,
y guardaré tus decretos. 
Ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad. 

La justicia está lejos de los malvados
que no buscan tus leyes. 
Viendo a los renegados, sentía asco,
porque no guardan tus mandatos" (Salmo 118)...

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Pensemos como cada día en los enfermos del blog... en todos, uno a uno... también sus familias... -Francisco nos enciende la esperanza en su evolución, por lo que damos gracias a Dos, sin cejar en el empeño de seguir ayudándole a luchar con la fortaleza y la esperanza de la fe- ...por la intercesión del Beato Tito, volvamos a pedir para ellos la salud, y para todos, apertura al don de Dios y coherencia para no disociar la teoría de la practica, a fin de cosechar de nuestra fe, frutos del ciento por uno...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...  

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

2 comentarios:


  1. “DAME VIDA , SEÑOR, PARA QUE OBSERVE TUS DECRETOS”
    Salmo 118

    Como me gusta ver al Hijo de Dios haciendo milagros. Fueron muchos los hechos por nuestro Señor que los evangelistas supieron plasmar a la perfección en los Evangelios. No podría haber tenido Jesús tantos seguidores en aquellos momentos, y a lo largo de la historia de la iglesia Católica, si no hubiese dado muestra de su poder divino, de su omnipotencia y misericordia con aquellos que con fe les rogaba su curación.

    Es la fe lo que ablanda el corazón y la voluntad del Señor. Todos los cristianos lo sabemos y por eso le pedimos tan a menudo esto y aquello. A veces nos desesperamos, porque creemos que no nos escucha, cuando en realidad es que nuestra fe no está arraigada y se doblega ante cualquier contratiempo. No olvidemos que nuestro Padre nos ama, que quiere lo mejor para nosotros y que sus tiempos no los podemos entender. No perdamos la fe, que sólo confiando en su voluntad podremos salvarnos.

    Los cristianos debemos vivir en la Palabra, observando los preceptos del Señor, en obediencia como La virgen María, y como Cristo vivió y por lo que fuimos redimidos del pecado para optar en libertad por la vida eterna.

    Pidamos al Espíritu Santo que se adueñe de nuestra alma, que siembre sus dones y recoja los frutos que de ellos se desprendan, para que no decaigamos en la fe y en la confianza en el Señor nuestro Dios. A Él le suplicamos por nuestros enfermos, por Luís y por todos sin excepción, para que por el amor a la Virgen María y la intercesión del Beato Tito Brandsma nos conceda lo que le pedimos. Amén

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  2. TU FE TE HA CURADO…

    Los textos de la liturgia de hoy me trae a la mente la dificultad que tenemos hoy en día en múltiples ocasiones para profesar nuestra fe y nuestras más profundas creencias con completa libertad, sin coacción, sin miedo al ridículo o a ser tachado de retrógrado.

    Muchas veces, en una sociedad cada día más laica y secularizada, nos vemos coartados para pronunciarnos como cristianos practicantes, activos, comprometidos con nuestra religión y con los valores que Jesús nos enseñó en el evangelio.

    Hoy día decir que eres cristiano, que asistes a la eucaristía, que participas activamente en la actividades parroquiales, y que en todo ello encuentras un mundo que te llena el espíritu, te enriquece como ser humano, te desarrolla como discípulo de Cristo y te amplia horizontes hacia un mundo donde el amor al prójimo se pueda desarrollar en su máxima amplitud es algo que queda fuera de la visión de muchos.

    Siento que hoy día hay que ser valiente para autodenominarse cristiano, hay que no tener miedo a ser tachado como miembro de una minoría cada vez más en retroceso, retroceso motivado por la falta de práctica en sus costumbres, por la falta de educación desde sus pilares básicos, pero sobre todo por la falta de conocimiento de la figura de Jesús y el mensaje que en vino a enseñarnos.

    Esta misma falta de libertad para profesar sus prácticas religiosas y profesar su fe la encontramos en los judíos de la primera lectura de hoy, los cuales, hechizados por la cautivadora promesa de un mundo más fácil, se lanzan en brazos de las religiones paganas de sus vecinos territoriales, llegando incluso a la renegación completa de su fe, de sus creencias y de su identidad en pos de un futuro más cómodo y fácil pero espiritualmente más vacío.

    Esta misma falta de libertad para profesar su fe la sufre también en el ciego del evangelio, el ciego que solicita su curación a Jesús con una fe fervorosa. Esta falta de libertad la encontramos representada en aquellos que acompañan en el camino a Jesús, aquellos que, por caminar junto a Él se sienten mejores que el resto y no permiten que este ciego se pueda acercar a Jesús para mostrarle su fe, una fe probablemente mayor de muchos de los que lo acompañan.

    “los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte. Hijo de David, ten compasión de mí”

    Mantengamos una actitud fuerte y segura en nuestra fe, no actuemos como estos judíos de la primera lectura, éstos que dan la espalda a sus creencias y se dejan embaucar por la promesa fácil de la solución a sus problemas aunque para ello tengan que vender su alma al diablo.

    Actuemos, por el contrario como este ciego del evangelio, que contra viento y marea, aún a costa de todas las vicisitudes y contratiempos, ante todas las piedras impuestas en el camino, sigue firme en su fe, sigue llamando a Jesús con toda su fuerza, sigue clamando su ayuda y su presencia.

    Sólo con esta actitud podremos encontrar, al igual que el ciego, nuestra curación. Sólo así, a través de nuestra fe inquebrantable, al igual que el ciego podremos ser sanados de nuestros males.

    Solicitemos la intersección a nuestro Beato Tito para que, al igual que este ciego, nuestra fe permanezca fuertemente en nuestros corazones, que nuestra fe nos acompañe siempre en nuestro peregrinaje, pero sobre todo que esta fe no le falte a ninguno de nuestros enfermos del blog, y que esta fe les ayude a en su camino, que les ayude en su enfermedad.






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