viernes, 2 de agosto de 2019

"Aclamad a Dios, nuestra fuerza"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Se aproxima tanto Dios al ser humano que no es fácil reconocerle; lo vemos hoy en el evangelio de la misa... Dios no es la idea que nos hacemos de Él, ni su actuar depende de nuestra aceptación o reconocimientos ¡¡esa es la trampa!!... Dios irrumpe de mil maneras; se acerca a nosotros sin sacarnos de nuestro entorno, ni de la realidad en la que nos desenvolvemos; habla nuestro mismo lenguaje, pero no dice las mismas cosas... 

Cuando sentimos escapar a nuestro dominio, su ser, estar, decir, actuar; en vez de abrirnos a la luz que nos acerca, negamos la evidencia, y decidimos nosotros qué es verdad o mentira, acierto o desacierto, qué o quién es Dios, y dónde sí, o dónde no, se manifiesta y le podemos encontrar...

La fe es incompatible con el prejuicio, simplemente porque Dios es infinito y nosotros limitados... y en ese desfase nos perdemos lo mejor, por decidir nosotros el control de lo incontrolable, y querer determinar la veracidad del actuar de Dios, sin saber quién es Dios, y mucho menos, cómo se manifiesta...

La alabanza recoge también nuestra humildad ante su Presencia, y hoy la Iglesia nos ayuda con la misma Palabra de Dios a ponernos ante Él y rendirnos a la fe...

"Entonemos un canto 
al son de las guitarras y del arpa. 
Que suene la trompeta en esta fiesta 
que conmemora nuestra alianza.

Porque ésta es una ley en Israel, 
es un precepto que el Dios de Jacob 
estableció para su pueblo, 
cuando lo rescató de Egipto. 

«No tendrás otro Dios fuera de mí 
ni adorarás a dioses extranjeros. 
Pues yo, el Señor, soy el Dios tuyo, 
el que te sacó de Egipto, tu destierro»" (Salmo 80)...


Pensando, como cada día, en los enfermos del blog.... todos, uno a uno... también sus familias... miramos al cielo suplicantes, pidiendo la intercesión del Beato Tito para que recuperen la salud, del alma y del cuerpo, todos los que se ven envueltos en este misterio de dolor... Que la gloria de Dios brille por su misericordia entre nosotros, y nos convirtamos de corazón a la fe y a la gracia, que es donde los milagros encontrarían sentido, y el campo abonado para multiplicarse...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

1 comentario:

  1. “ACLAMEMOS AL SEÑOR, NUESTRO DIOS”
    Salmo 83.

    En la primera lectura del día de hoy, libro del Levítico (23,1.4-11.15-16.27.34b-37), el Señor le exige a su pueblo obediencia, y les da unas normas de vida en las que especialmente hace referencia a acciones para aclamar a Dios, para adorarlo y para alabarlo. El da las normas para que su pueblo alcance felizmente la Tierra prometida. Y eso mismo se repite con la Palabra, en donde Jesús nos transmite la única verdad, la que nos lleva al Padre para toda la eternidad, la Gloria, Reino de los Cielos prometido para aquellos que amen al Señor.

    Aclamemos al Señor, nuestro Dios, que es bueno y misericordioso. Aclamemos al Señor que nos ha creado, que entrega a su Hijo a la Cruz para redimirnos del pecado, y que nos da la posibilidad de vivir eternamente en su presencia. No nos cansemos nunca de aclamarlo, de alabarlo y adorarlo. No dejemos de quererlo y de mostrarle nuestro amor, y si lo ofendemos en cualquier circunstancia de nuestra vida, si desconfiamos de Él, si le damos la espalda y renegamos de nuestra fe, si nos olvidamos de nuestras obligaciones con la Santa Madre Iglesia... pidámosle perdón, porque estará deseando que lo hagamos; nos acogerá como al hijo pródigo su padre, cuando volvió a su casa arrepentido de su marcha.

    Jesús, no fue profeta en su tierra, nos dice el Evangelio de hoy, Mt 13,55-58: “¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?»
    Y se negaban a creer en él.
    Entonces Jesús les dijo: Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa.
    Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos”... A veces, somos los más cercanos a Jesús los que le negamos y hacemos más daño a nuestra fe y a nuestra Iglesia. Parece mentira, pero es así. Tenemos que ser más consecuente con nuestras acciones y con lo que decimos, si deseamos no perjudicar a la comunidad cristiana , porque con ello lo que hacemos, no es otra cosa, que dañar la imagen de nuestro Señor. Tenemos que proteger la herencia tan maravillosa que hemos recibido. Un regalo que no tiene precio humano, que nos conducirá a la vida eterna por los caminos del amor a Dios y a los hombres.

    A tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. A tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, nuestros ruegos y oraciones bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso y nada hay imposible para Ti. Concédenos lo que te pedimos. Amén

    Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma. Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por su enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la Virgen María. Amén.

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