martes, 16 de abril de 2019

"Mi boca contará tu salvación, Señor"...



 Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Acercarnos a Jesús y verle cada vez más acorralado y solo, hasta cuando está entre los suyos, es un tanto impresionante... verdaderamente el único que sabe dónde va y por qué debe llegar hasta el final, es Jesús; y gracias a eso, podemos "de vuelta", pronunciar nuestro sí en el suyo, y acoger su don como gracia, para acercarnos a sus sendas y hacer camino hasta el amor, en el que hasta el extremo, se nos ha amado antes...

Escuchemos la palabra de Dios en la liturgia estos días y busquémonos entre los que salen al texto... ¡¡estamos todos allí!!... ¡¡ojalá nos demos cuenta cómo somos ante Dios, y cómo es Dios entre nosotros!!... Que no se vierta tanta gracia en terreno baldío ¡¡pidamos luz al cielo!! también hoy nos invade el poder de las tinieblas y vamos a ciegas por caminos equivocados, mientras Dios se pone, entre nosotros y la muerte, para no dejarnos morir para siempre...

¡¡Bonito salmo 70 para susurrar al corazón y sentir confianza!!... Sólo Dios puede llenar nuestros vacíos, reconstruirnos en nuestras propias ruinas, y alargarnos el horizonte al infinito, haciéndonos percibir la vida que no acaba... Vivamos la fe desde la gracia y agradezcamos a Dios su misericordia, su perdón y su muerte, disponiéndonos a la vida como la dibuja Él, en la huella de sus pisadas...


"A ti, Señor, me acojo: 
no quede yo derrotado para siempre; 
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, 
inclina a mí tu oído, y sálvame.

Sé tú mi roca de refugio, 
el alcázar donde me salve, 
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. 

Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza 
y mi confianza, Señor, desde mi juventud. 
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, 
en el seno tú me sostenías.

Mi boca contará tu justicia, 
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud, 
y hasta hoy relato tus maravillas" (Salmo 70)...


Recemos unos por otros, y entremos en estos días, conscientes de cuánto nos va en ello... no estamos desfasados, ni anticuados; no... necesitamos la fe para que la vida no nos rompa a trozos cuando se planta ante nosotros con todo su realismo, más grande que nosotros... Recordemos con ternura a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... Que nuestra fe arranque al cielo, por la intercesión del Beato Tito, la salud que pedimos para ellos, y la gracia de una verdadera conversión para todos, que nos acerque al Señor para siempre, de forma coherente y comprometida...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...

2 comentarios:

  1. "MI VOCA CANTARÁ TU SALVACIÓN, SEÑOR"...

    Todo cristiano que tenga fe y confíe en la voluntad de Dios, que sepa de su misericordia y viva con esperanza por la redención de nuestros pecados por el sacrificio de Jesús en la cruz, tiene la obligación de gritar a los cuatro vientos el misterio de la salvación y la vida eterna. Comenzó Él, en sus sermones y en su mensaje de amor, justicia y paz, y lo dejó como misión de su Iglesia, e Iglesia somos todos en este caso que nos compete.

    La misión Apostólica de la Iglesia Católica y de todos sus miembros tenemos la obligación de transmitir el mensaje de Cristo Resucitado, tras morir por todos nosotros, para darnos la vida eterna. Ya hemos dicho muchas veces que necesitamos para salvarnos: en libertad, seguir la Palabra -amor a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos-, y eso es lo que tenemos que cantar y contar al mundo, la alabanza que el Hijo de Dios hace con toda la humanidad si cumple sus preceptos.

    Hoy el Evangelio, Jn (13,21-33.36-38), nos habla de la traición de Judas. Cuantos de nosotros traicionamos día tras días a Jesús, con nuestras ofensas, con nuestro egoísmos, con nuestra avaricia y materialismo, no atendiendo a nuestro prójimo, dejando de cumplir con los Sacramentos y Mandamientos... tenemos que recapacitar y pararnos a pensar en lo que nos jugamos y a quién estamos ofendiendo realmente con nuestros pecados. Tenemos la suerte del perdón por la misericordia del Señor, y a ella nos acogemos; pero no nos descuidemos, porque un día podemos olvidarnos de nuestra naturaleza efímera y quizás no nos de tiempo de arrepentirnos de haberlo ofendido.

    En comunión de los Santos, como cada día, suplicamos y oramos a nuestro Señor Jesucristo, para que nos conceda, por la intercesión del Beato Tito Brandsma , la salud para cada uno de nuestros enfermos. Confiamos en su piedad y en su misericordia y caminamos de la mano de María Santísima que nos protege con su manto. Amén.

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