domingo, 11 de noviembre de 2018

"Alaba alma mía al Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Verdaderamente Dios es digno de alabanza en sí mismo... ¡¡Qué buena noticia es Dios!! ¡¡qué acierto por nuestra parte reconocerle en los mil gestos de cada día y cantar su bondad, su grandeza, su misericordia!! ... La alabanza purifica el amor porque nos descentra de nosotros mismos y de nuestra necesidad de apropiarnos de sus dones...

Que nos baste que Dios sea Dios... que le dejemos actuar en nosotros y que nuestras obras le manifiesten... ¡¡qué radiante el amor que alaba!!... Alabemos también nosotros al Señor reconociendo cuánto recibimos de Él cada día... Cobijados en su presencia quedamos siempre seguros; su voluntad nos conduce a la confianza...


Recemos seguros de quién es Dios; descansemos en su obrar admirable, y reconozcamos que "sus designios son de paz y no de aflicción; Él tiene para nosotros un porvenir y una esperanza"... Sobre esta base, cierta, segura, firme; pensemos, como cada día, unos en otros y traigamos a la memoria a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... Por la intercesión del Beato Tito, mirando al cielo, le decimos al Señor, que les devuelva la salud y les aumente la fe, para que sean testigos de su poder y sus maravillas...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...

2 comentarios:

  1. Desde hace un par de semanas, aproximadamente, venimos comentando, en el blog por la intercesión del Beato Tito Brandsma por nuestros enfermos, los salmos responsoriales que corresponden a la liturgia de la Santa Misa de cada día. El que nos toca hoy, se define por si mismo en toda su extensión, por lo que voy a exponerlo en toda su amplitud. Poco se puede decir más del sentido amoroso y justo de Nuestro Señor Jesucristo

    Sal 145,7.8-9a.9bc-10

    R/. Alaba, alma mía, al Señor

    Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
    que hace justicia a los oprimidos,
    que da pan a los hambrientos.
    El Señor liberta a los cautivos. R/.

    El Señor abre los ojos al ciego,
    el Señor endereza a los que ya se doblan,
    el Señor ama a los justos,
    el Señor guarda a los peregrinos. R/.

    Sustenta al huérfano y a la viuda
    y trastorna el camino de los malvados.
    El Señor reina eternamente,
    tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

    Como se desprende de él, los cristianos nos sentimos seguros a su lado, protegidos, guiados y amados por nuestro Dios. Tenemos que tener muy claro, sobre todo en este blog, que el nos cuida y no nos abandona nunca. Somos nosotros los que nos alejamos de su misericordia cuando perdemos la fe y la confianza en su Voluntad.
    Confiemos en Nuestro Señor, que nos ama, y pidámosle por la salud de nuestros enfermos, sin complejos, con firmeza y exigencia humilde, como se le pide a un Padre. Viajamos en este caminar de la confianza con la Virgen María, nuestro sustento en las adversidades y en las alegrías, y nada podemos temer.
    Dios, Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nuestros enfermos.
    
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nuestros enfermos.
    
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nuestros enfermos.

    ... Amén.

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