lunes, 22 de enero de 2018

"El reino de los cielos se parece a un comerciante de perlas finas"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"El reino de los cielos se parece a un comerciante de perlas finas, 
que al encontrar una de gran valor, 
se va a vender todo lo que tiene y la compra" (Mt. 13, 45-46).

Qué añade -para la comprensión del reino- esta parábola a la anterior, si prácticamente dicen lo mismo?... La enseñanza vemos que mantiene el carácter de absoluto, pero deducimos de aquí un matiz que perfila algo más: la tarea del reino genera discernimiento para negociarla... Hay que afinar la mirada y la percepción, porque hay perlas que saber apreciar -de valor incalculable- que bien merecen otras renuncias para hacernos con ella...

El reino está entre nosotros, pero no lograremos hacerlo visible sin optar por él con todas las consecuencias... Tenemos que acercarnos a la palabra de Jesús, para que conociendo sus argumentos podamos barruntar su presencia, y con nuestras actitudes expresarlas, dando talante a nuestro pensar... sentir... obrar... 


Nosotros hemos encontrado una perla, preciosa, entre otras muchas también de valor incalculable: LA CONFIANZA... si sabemos "negociarla" con la gracia, invirtiendo en ello "la bisutería" que tanto despista y entretiene -seduciendo con su falsa apariencia-, nos sorprenderemos en el verdadero hallazgo de la vida teologal, donde la fe, la esperanza y la caridad, marcarán el ritmo de nuestro vivir, haciendo posible el proyecto de Jesús, permitiendo expresar el Reino entre nosotros...

Negociemos bienes que no terminan y avancemos en la linea que introduce el tiempo en lo eterno, para que aprendamos a vivir confiados, seguros de ser conducidos por la voluntad amorosa de quien nos ama infinitamente: Dios, nuestro Padre...


Con esta conciencia de hijos, es fácil dirigir la mirada al cielo y sentir el consuelo que da la fe... Recemos también hoy unos por otros, y démosle como de costumbre, los primeros planos a los enfermos de nuestro blog... a todos, uno a uno... también a sus familias... Unamos nuestras súplicas en la intercesión del Beato Tito y confiemos... Dice la escritura: "Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su  follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto" (Jr. 17, 7-8)....
 "confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

4 comentarios:

  1. "EL REINO DE LOS CIELOS SE PARECE A UN COMERCIANTE DE PERLAS FINAS, 
    que al encontrar una de gran valor, 
    se va a vender todo lo que tiene y la compra" (Mt. 13, 45-46).

    Está tan claro y evidente el significado de lo que Jesús quiere de nosotros, que sólo los que no quieran ver, oír o entender no formarán parte del Reino de los Cielos. Renunciar al mal y buscar el bien por amor a Cristo, nos acerca a la Vida Eterna.

    Todos formamos, de alguna manera, parte del Reino, a pesar de que nos empeñamos en no hacerlo. Todo los que nos hemos bautizado, nos hemos impregnado del Espíritu de Dios. Necesitamos formarnos continuamente en la Palabra, para entender el verdadero significado del mensaje de Cristo y adentrarnos cada vez más, hasta ser incapaces, por nuestra propia inercia en libertad, de escaparnos del amor del Padre. Este es el Reino de los Cielos, tesoro que nos atrapa en la Tierra si abrimos nuestra alma al Espíritu Santo, y que nos llevará en cuerpo y alma a la Presencia Eterna de Nuestro Creador y Salvador.

    Vivir la CONFIANZA en el Señor, de forma sincera, con mucha FE, actuando como Jesús quiere de nosotros, con amor al prójimo, CARIDAD manifiesta a nuestros hermanos, con la ESPERANZA firme en la salvación por la redención de nuestros pecados en la Cruz, es el mayor tesoro para un cristiano, sin olvidarnos de darle la espalda al mal, renunciando al pecado, y mirar de frente a la Gracia de Dios. Necesitamos del Espíritu Santo porque nuestra naturaleza es débil e instintiva, pidámosle que no nos abandone nunca, a pesar de como somos, que nos guíe por el camino de la Verdad, que se adueñe de nuestra alma y haga de ella refugio de sus dones y de sus frutos, para que no nos desviemos de la Palabra

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  2. Diego cómo me ayudas con tu reflexión

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  3. Que nunca perdamos la fe y la esperanza en Jesús, el siempre está presente y nos escucha y ayuda. Amén

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  4. Señor, que sepamos ver en Ti esa perla valiosa que es tu Palabra y no nos dejemos deslumbrar por los falsos brillos que nos ofrece este mundo. Aprendamos a diferenciar, a saber elegir,... a quedarnos contigo.

    No perdamos la Esperanza ni la ocasión de “comprar” tu perla. Mantengamos la Fe y la Confianza en ti para seguir trabajando por tu Reino y que sepamos ver que todas las dificultades que nos estamos encontrando en tu Camino nos fortalecen y nos hacen apreciar aún más tu brillo Señor.

    Beato Tito, intercede por todos para que no desfallezcamos y demos buen fruto.

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