domingo, 3 de diciembre de 2017

"también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón. 
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: 
"Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo".
Él no le respondió nada. 
Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando". 
Él les contestó: "Sólo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel". 
Ella se acercó y se postró ante él diciendo: "Señor, ayúdame". 
Él le contestó: "No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos". 
Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor; 
pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos":
Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas".
En aquel momento quedó curada su hija" (Mt. 15, 21-28).

En la escena que contemplamos hoy, puede parecernos Jesús, a simple vista, un tanto "provocador"... no es así... ¡¡bien sabía Él, la "talla" de mujer que estaba delante!!...

Resalta hoy con mucho énfasis la humildad de la fe de esta mujer... nosotros sabemos el final del relato pero ella no... es conmovedor observar su firmeza... el dominio con que afronta la situación mientras elabora la espera sin titubeos ¡¡qué hondura!!... este "pulso" que mantiene con la gracia, deja entrever, que la fe de esta mujer está curtida... no es una fe de principiantes... esta mujer conoce a Dios -por la fe- dentro de su corazón... esta mujer tiene experiencia, le habita la sabiduría...


Merece la pena "rezar" cada detalle... la fluidez de este diálogo, solamente puede ser fruto de la humildad... desde otro punto de vista no tiene resonancias... Observando despacio, se cae en la cuenta, de que Jesús, no está probando a esta mujer, para ver hasta dónde llega sin vacilar ¡¡que no!!... Jesús está mostrando la calidad, de su adhesión y vínculo práctico, a la fe... La alabanza con que Jesús culmina la escena, nos confirma que estamos ante un hecho, que trasciende los hechos... ¡¡aprendamos a creer y a poner en acción, la fe!!...

Traslademos los hechos a nuestra vida y tengamos el valor de medirnos en esta medida... entrar en la dinámica de la voluntad de Dios, es un camino dentro de la realidad, pero desde otras perspectivas... Si conocemos a Dios, sabremos qué podemos conseguir de Él... cada don suyo, es para más valorar el momento presente, tomándonos cada vez más en serio, su Presencia entre nosotros... sus enseñanzas a la hora de vivir... y la realización de su proyecto en el presente...


La fuerza de la fe... el poder de la intercesión... podemos todos activarlo y hacerlo producir, porque está en la fe, los frutos que dimanan de ella... desde esta seguridad, pensemos y recordemos a los enfermos del blog... a todos, uno a uno... también a sus familias... Acogidos, un día más, a la intercesión del Beato Tito, gigante -como la mujer cananea- de la fe, miremos al cielo y supliquemos sin vacilar... Trabajemos la confianza por la fe y aguardemos la voluntad de Dios, seguros de que somos amados... 

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

3 comentarios:

  1. ...pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos":
    Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas".
    En aquel momento quedó curada su hija" (Mt. 15, 21-28).


    La mujer cananea nunca perdió la fe, sabía lo que pedía y a quien se lo pedía. Era consciente de que para Jesús, hijo de la estirpe de David, el esperado Mesías para el pueblo judío, no había nada imposible, y lo poco siempre sería mucho, porque el siempre nos da lo que es justo. Ella estaba convencida de quien era el judío al que precedía su fama, al que todos seguían y escuchaban, el rey de los pobres y desamparados, de los enfermos y descarriados, a los que llamaba a su rebaño del amor para que no se perdieran por senderos de maldad... difiero con la Madre Maestra, la cananea tenia mucha fe y confianza en las acciones de Jesús, estaba segura del desenlace: su hija sería curada por aquel que todo lo puede... no desistió, sólo pedía las migajas de la Gracia de Dios... sabía que con fe conseguiría de Jesús lo que le pidiese... Bienaventurados los que podamos recoger esas migajas que Jesús va derramando entre los que creen en su Palabra.

    No se si con tanta fe, pero cuantas veces he vivido esa escena en primera persona, en la soledad y en la impotencia que da sentirse desamparado ante las circunstancias. Yo pedía con fuerzas, más de una vez a gritos y llantos, arrastrándome por el miedo, en una locura impensable antes de que la vida te demuestre que no eres nada, que tu familia no es nada, que tu pueblo o ciudad no es nada, que el mundo y, si me apuráis, el universo no es nada sin las migajas de Dios Nuestro Creador y Salvador. Yo me refugié en Él, como polluelo bajo la protección de sus alas, misericordia y omnipotencia infinita.

    Jesus, Señor, ten compasión de nuestros hijos, hermanos, esposos, amigos... nos conformamos con tus migajas para ellos que están enfermos, sabemos de tu bondad y misericordia, sabemos que tu todo lo puedes, que con una sola palabra tuya bastará para curarlos. Sabemos de tu amor por tu madre, Maria Santísima, que nos acompaña en este camino por la intercesión del Beato Tito Brandsma. Concédenos lo que te pedimos para gloria Tuya y por la Santidad de nuestro intercesor. Amén

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