jueves, 14 de septiembre de 2017

Enterrar a los muertos...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Aún nos queda la obra de misericordia, en el grupo de las llamadas corporales, de enterrar a los muertos...

Hoy, que se está imponiendo la moda, tras la incineración, de sembrar las cenizas en un rosal, o esparcirlas en el campo, o el mar, la iglesia nos presenta dentro de las obras de misericordia, a la altura de las que venimos viendo, ésta de enterrar a los muertos....

La muerte no sólo nos ha de provocar dolor, sino respeto... el cuerpo sin vida de un ser humano, contiene un silencio "provocador" que evoca al misterio... no seamos superficiales... devolvamos a la tierra lo que de ella portamos, y hagamos un acto de fe sincero en la vida eterna al despedirnos de los que nos van precediendo, en la esperanza de volvernos a encontrar, para permanecer unidos para siempre...


El mensaje de Jesús sin promesas definitivas.... sin mirada trascendente... sin futuro prometedor... sería una oferta más de las muchas que nos hacen sin que cambie nada.... Jesús no adula... no engaña... Él ofrece... propone... invita... sólo pide fe en su Palabra... esperanza en sus promesas... confianza para vivir en la paz... quienes vivimos cerca de Él y le vamos conociendo, sabemos que es ésta la única verdad a la que el ser humano tiene que enfrentarse, mientras va de camino a su destino eterno...

No rezamos porque tenemos miedo a la muerte, ni porque no queremos morir... rezamos porque queremos hacer este camino de la vida con éxito, seguros de quien nos conduce y detrás de quien caminamos... visitémonos como cada día y miremos al cielo todos a la vez... todos, peregrinos de la confianza, con el Beato Tito a la cabeza... presentemos nuestras súplicas a Dios y pidamos aliento y fuerza para vivir la fe en las alegrías y las penas de la vida, sin vacilar... seguros y fuertes, cimentados en la confianza de corazón... ¡¡roca inconmovible de los peregrinos de nuestro blog!!

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

1 comentario:

  1. MORIMOS PARA COMENZAR A VIVIR. Esa es nuestra fe y por la que nos guiamos. La esperanza de vivir eternamente junto al Creador es nuestra mayor recompensa de vivir una vida en Gracia. Es muy importante enterrar a los muertos, pero no menos favorecerles ese último instante sacramental de la Unción de los enfermos. Los cristianos tenemos la obligación de, si no es nuestra la decisión, aconsejar a los responsables del moribundo la necesidad de acercarlos a Dios, por última vez en este mundo, para garantizarles la salvación.

    Desde muy pequeños, los seres humanos, sabemos cuál es nuestro destino final, la muerte... los católicos sabemos algo más y mucho más importante: la nueva etapa que comenzamos es eterna, de plena felicidad y amor, junto a la Santísima Trinidad y nuestra Madre en los cielos. Seremos parte de su Divinidad para siempre, de ahí nuestro gozo, contra el miedo de los demás, ante la muerte terrenal. Ella nos da una idea exacta de nuestra débil y efímera naturaleza corporal; para los cristianos, también nos da una medida exacta de la fuerza y eternidad de nuestra alma.

    Antonia Garrido Carrasco, lleva 25 años luchando contra un cancer de mama. Comienza ahora un nuevo ciclo de tratamiento. Nos pide que recemos por ella, que pidamos la intercesión de nuestro Beato Tito Brandsma por su salud. Lo hacemos todos juntos, con Nuestra Madre la Virgen Maria rogamos a su Hijo, el Redentor, al que le debemos la salvación de nuestra alma, que le ayude a superar su enfermedad. Igualmente rezamos por todos los enfermos, y por sus familiares para que sean capaces de sobrellevar estos duros momentos. Acordaros de los mas pequeños, ayer incluimos en nuestros ruegos y oraciones a Alonsito, pero hay muchos más que no olvidaremos nunca y por los que nos unimos en oración, que si os viene bien lo hacemos todos juntos, en Comunión De los Santos, a las 20'30 horas.

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