martes, 25 de abril de 2017

El Señor sostiene mi vida...


Beato Tito compuso este precioso poema a Jesucristo... con él demuestra la aceptación gozosa del sufrimiento que le unió al Señor. Llevaba tres semanas en la cárcel de Scheveningen, segunda estación de su particular vía crucis, que duró seis meses y siete días:

Bien amado Jesús, cuando te veo
en mí fijos tus ojos, me recreo.
Mi pobre corazón goza contigo
al verte el más amante y fiel amigo.

El cáliz que preveo de amargura,
beberlo por tu amor mi fe procura.
La vía dolorosa de Tí en pos
es mi único camino para Dios.

El alma me la bañan paz y luz
y es vivo su fulgor, pese a mi cruz.
En tu pecho mi espíritu al entrar,
mi corazón sosiego logra hallar.

Quiero libre vivir la soledad
de esta celda del sol sin claridad.
Si permites que nadie logre hallarme
libre en áureo silencio podré hallarme.

Jamás por verme solo temeré,
pues nunca a Dios más cerca lo tendré,
dígnate, buen Jesús, morar en mi
que mi profunda paz la tengo en Tí.

"Delante de una estampa de Jesús en mi celda" 
 (12-13 febrero 1942)



En nuestro camino de dolor, hemos visto una luz que no alumbra lo suficiente como para saber a dónde se llega por aquí... pero sí que nos permite al menos, pisar sin caer, para saber dónde dar el siguiente paso... Y es que, es paso a paso, como se recorre este camino, a la luz de este resplandor tenue, que es la confianza...

¡Hermana confianza!! compañera inseparable de los que al sufrir tienen la valentía de agarrase a la fe y acercarse a Dios adentrándonos en esta senda de su Voluntad donde ¡cierto! vamos a oscuras, no a ciegas... heridos, no rotos... necesitados, no desamparados...

Ya hemos aprendido que vivir en la confianza es una actitud dinámica y activa, que pide de nosotros entregarnos de lleno a esta conquista.... es gracia ¡no lo olvidemos! no la podemos provocar en nosotros... pero sin la adhesión nuestra, no la incorporamos a nuestra manera de expresarnos al vivir, al sentir, al sufrir, al amar, al hacer frente a la vida y su misterio, que tan por encima de nosotros nos queda tantas veces...

Sabemos que uno de los frutos que da al corazón la confianza, es la certeza de que Dios está construyendo, no destruyendo nuestras esperanzas... enseñándonos a vivir, no rompiendo nuestro futuro... y esto entre luces y sombras, entre dudas y certezas, para vivir de verdad descentrados de nosotros mismos, mirando sólo a la luz que dirige nuestro camino, el amor infinito de Dios -no cualquier amor- hacia cada uno... 




También hoy nos unimos para el encuentro fraterno del día... miremos todos al cielo a la vez... invoquemos la intercesión del Beato Tito y pensemos en nuestros enfermos... en todos, uno a uno... queremos la salud para ellos, ¡¡¡el cielo nos lo puede conceder!!!...

Blas, no mejora, le van a tener que intervenir de nuevo y ponerle otra válvula, no nos olvidemos de apretar un poquillo ¡¡es ojo único!!. También Carlota, para que la intervengan pronto del tumor que tiene en la garganta que la espera se hace larga...

Beato Tito, preséntale a la Madre del Cielo nuestras súplicas y socórrenos... confiamos en el amor de Dios, ¡¡en su poder!! y queremos recorrer este camino sin vacilar, aunque haya tramos muy oscuros y a veces nos veamos tentados.... ¡¡ayúdanos!! que la esperanza ilumine nuestra confianza. Amén.




Beato Tito, ruega por nosotros...


Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.


Padrenuestro – Ave María – Gloria …

4 comentarios:

  1. "Sabemos que uno de los frutos que da al corazón la confianza, es la certeza de que Dios está construyendo, no destruyendo nuestras esperanzas..."

    Confianza plena en que Jesús nos ayudará.
    Confianza plena en que Jesús nos acompañará en este trayecto.
    Confianza plena en que nuestro sufrimiento los hará Suyo.
    Y Confianza plena en que nuestras lágrimas hará brotar su Misericordia.

    Como todos los días, rezamos y pedimos la intercesión del Beato Tito y la mediación de la Virgen del Carmen ante nuestro Padre Misericordioso, por nuestros enfermos. Amén.

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  2. Dios tiene un tiempo predeterminado para todas las cosas, y las respuestas a nuestras oraciones están en su tiempo. Debemos de entender que Dios ha trazado un plan perfecto para nuestras vidas, pues nosotros somos sus hijos y Él sabe lo mejor para nosotros. El resultado de la espera es de acuerdo a Su propósito en nosotros, Él conoce el por qué de todas las cosas, pero sin duda alguna Él responderá.
    La seguridad que tenemos de recibir lo que hemos pedido reside en Dios mismo, pues Él no puede ir en contra de su Palabra, Él nos ha dado muchas promesas donde nos asegura que Él oye la oración y la responde. Por lo tanto Él no tardará en responder, el cumplimiento de sus promesas no tomará más tiempo que el planeado por Dios.
    Si creemos que Él nos oye, entonces tenemos que creer también que ya ha respondido aunque todavía no lo veamos.
    No dudemos de Su fidelidad, ciertamente Dios oye y responde la oración. No miremos el tiempo trascurrido ni la veracidad de nuestra situación. Como peregrinos, sigamos confiando en Dios y esperemos el milagro, porque sin duda vendrá, y no tardará.

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  3. Una las cosas que he descubierto en este camino de fe y confianza es sin paciencia, no podemos llegar a nada. Para llegar a la confianza y a la fe debemos recorrer un camino pero sin paciencia, muy pronto las cosas se nos viene abajo. El saber esperar cuesta pero tengamos la certeza de que todo llegará.
    La paciencia es uno de los frutos del Espíritu que menciona el apóstol Pablo que debe morar en la vida de un cristiano nacido de nuevo. Este fruto en particular es muy difícil de desarrollar, pues como vivimos en un mundo donde todas las cosas se obtienen de una manera rápida, nos resulta muy incomodo e inconveniente para nuestra vida espiritual tener que ejercitarlo. En su escrito nos enseña la forma en que se desarrolla esta cualidad en nosotros. Él comienza diciendo en su libro que: “la prueba de nuestra fe produce paciencia”; por lo que entendemos que es en medio de nuestras aflicciones donde la paciencia hace su entrada para desarrollarse.
    Nadie quiere escuchar la palabra paciencia cuando está en medio de un conflicto o prueba, no queremos saber de nada que nos haga esperar, todos queremos oír una palabra que nos abra la puerta para salir de la prueba y acabar con el sufrimiento o recibir lo que tanto hemos pedido. Sin embargo, debemos aprender que hasta que este fruto del Espíritu crezca y se desarrolle en nosotros no vamos a recibir nada ni tampoco terminará el tiempo de prueba por el que estemos pasando.
    El problema radica en la forma en que nosotros entendemos la palabra paciencia. Por lo general cuando leemos algo relacionado o nos dicen algo sobre ella nos desanimamos pensando en que tenemos que sentarnos a esperar por un largo periodo de tiempo hasta que podamos recibir lo que tanta ansia nuestro corazón, pero esto no es así. La realidad es que la paciencia aquí significa la capacidad para resistir. La paciencia no es sentarse a esperar que transcurran los años en resignación, ¡no! Paciencia es la forma en que enfrentamos nuestra prueba, es la actitud con que encaramos las circunstancias. La paciencia es la que nos induce a pararnos firmes y resistir todas las mentiras que el diablo quiera traernos a la mente.
    Solo bajo la presión de las pruebas podemos comprobar la verdadera profundidad de nuestra fe en Dios. Si tenemos una actitud de tristeza, melancolía y resignación, la paciencia no está obrando su obra perfecta en nosotros, pues no estamos con una actitud de fe y confianza esperando lo que estamos pidiendo. Muy por el contrario, probablemente estamos acariciando espíritus de incredulidad y duda que nos están separando de nuestro buen Dios. Es por medio de la paciencia, la fe y la confianza, que nosotros podemos dejar que Dios nos moldee hasta hacernos semejantes a Cristo.
    Quizás en estos momentos nos estamos enfrentando una fuerte batalla, quizás estamos a punto de bajar nuestras manos y desistir. Reflexionemos, Dios es bueno, Dios es fiel, Dios conoce nuestra situación, tengamos paciencia.
    Peregrino, dejémonos enseñar por el Maestro que nunca nos abandona pero nunca perdamos la fe y la confianza. El camino es doloroso pero no estamos solos.
    Rezo todos los días por cada uno de los enfermos de nuestro blog y tengo la certeza de que el Señor escucha nuestras oraciones y desde el Cielo estará contentísimo viendo cómo sus hijos viven en comunión, intercediendo uno por otros. ¡ÁNIMO PEREGRINO, QUE CADA VEZ NOS QUEDA MÁS POCO!

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  4. "La Cruz es mi alegría no mi pena"
    Padre Tito

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