miércoles, 17 de noviembre de 2021

"Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La liturgia, estas últimas semanas del ciclo litúrgico, nos va enfrentando a la verdad que todos queremos evadir y evitar mientras vivimos, y a la que inevitablemente nos tenemos todos que enfrentar, la hermana muerte... el tiempo se acaba, y sólo quien es capaz de vivir con esa conciencia, reconoce que somos administradores de los dones recibidos, y hemos de emplearnos en ponerlos a producir, porque a la vuelta, el dueño que confió en nosotros al depositar sus bienes en nosotros, nos preguntará por ellos, a la espera de que los hayamos empleado bien, y hayan producido multiplicado...

Los dones de Dios están en nosotros, pero no son nuestros, son para bien común... el Reino reclama para dejarse ver en el tiempo, de cada "talento" que se nos dio a cada uno para administrar; es la encomienda que la vida nos pide a cambio de los dones recibidos...

Si esta palabra, hoy, alumbra nuestro corazón y nos impulsa a trabajar el don, activa y responsablemente, necesitamos rezar el salmo 16, propuesto en la liturgia, y pedir al cielo ayuda para hacer bien el trabajo que vivir lleva consigo... Jesús nos da nuevas perspectivas en su Palabra para superar el egoísmo con que solemos cercar el espacio en nosotros mismos, dedicándonos a vivir sin pensar que es la siembra del tiempo, la que cosecharemos en la eternidad... la vida se prolonga en el cielo, y hay que vivir conscientes de ello...

"Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. 

Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras. 

Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante" (Salmo 16)...


Rezando nos ayudamos y nos disponemos a recibir la gracia y la fe; de ahí, que debamos perseverar sin desistir, cuando la espera nos ponga a prueba... Dios no se distancia en la oscuridad aunque nos cueste percibir su presencia... ¡¡es la hora de la confianza!!... Pensemos y recordemos a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... Miremos al cielo implorando la misericordia de Dios; acogidos a la intercesión del Beato Tito, presentemos los anhelos de nuestros corazón y los suspiros de nuestra esperanza, alentando la fe en la Voluntad de Dios, hasta florecer para su gloria...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria...