Yo, fray Tito Brandsma, hago mi profesión y prometo
obediencia, pobreza y castidad a Dios y a la Bienaventurada Virgen María del
Monte Carmelo y al Rvdmo. Padre Luis Galli, Prior General de la Orden de los
Hermanos de la Bienaventurada Virgen María y a sus sucesores, según la regla de
la predicha Orden usque ad mortem (hasta la muerte).
Rezar es darle a Dios su sitio y ponernos nosotros en el nuestro... Rezar es llegar a saber al contacto con Él, que Él sabe lo que hace, aunque nosotros tengamos que irlo aprendiendo... Tenemos que enfrentarnos con realismo a la Voluntad de Dios y asumir los riesgos que conlleva fiarnos de Él...
La presencia de Dios, buscada al contacto con Él en la oración es un don inestimable...
DIOS ES TODO Y SIEMPRE DON...
A su sombra, mientras somos cobijados, ampliamos nuestra capacidad de percepción de las cosas que valen de veras... ¡¡¡le importamos mucho a Dios cada uno de nosotros!!! cerca de Él se nos irá desvelando esos "caminos de paz y no de aflicción" -como dice su Palabra- que tanto nos asustan cuando la oscuridad se expande en el horizonte...
Y cuando vayamos gustando a Dios, al contacto con Él, nos daremos también cuenta que podemos pedirle todo, para nosotros y las personas que tanto queremos... y que Él no defrauda... es nuestro Padre... tiene PODER y está a su ALCANCE concedernos lo que pedimos... pero en la certeza de que "sus caminos son más altos que los nuestros y sus planes que nuestros planes" por eso necesitamos acercarnos a Él, para fiarnos de veras...
En comunión con los hermanos que ya nos queremos tanto y que cada día hacemos esta ruta de la confianza, al amparo de la intercesión del Beato Tito hacemos parada un día más, presentamos nuestra súplica... y sabemos que al cielo llegan y que la Madre y el Hijo harán descender sobre cada uno la fortaleza, la fe, la confianza que necesitamos, para esperar la hora de Dios que tan cerquita está de nosotros, como nosotros decidamos no separarnos de Él.
Beato Tito, ruega por nosotros, intercede, atiéndenos...
Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de
febrero de 1942
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.
Cuando te miro, buen Jesús,
advierto
en ti el amor del más querido
amigo,
y siento que, al amarte yo,
consigo
el mayor galardón, el bien
más cierto.
Este amor tuyo -bien lo sé-
produce
sufrimiento y exige gran
coraje;
mas a tu gloria, en este duro
viaje,
sólo el camino del dolor
conduce.
Feliz en el dolor mi alma se
siente:
la Cruz es mi alegría, no mi
pena;
es gracia tuya que mi vida
llena
y me une a ti, Señor,
estrechamente.
Si quieres añadir nuevos
dolores
a este viejo dolor que me
tortura,
fina muestra serán de tu
ternura,
porque a ti me asemejen
redentores.
Déjame, mi Señor, en este
frío
y en esta soledad, que no me
aterra:
a nadie necesito ya en la
tierra
en tanto que Tú estés al lado
mío.
¡Quédate, mi Jesús! Que, en
mi desgracia,
jamás el corazón llore tu
ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu
presencia
y todo lo embelleces con tu
gracia!
Señor Dios nuestro amante de
la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche
oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las
persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde
siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas,
renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar
por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así
lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su
canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.
Padrenuestro – Ave María –
Gloria …