lunes, 30 de noviembre de 2020

"A toda la tierra alcanza su pregón"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Nada más estrenar adviento, la liturgia hace una parada para celebrar la fiesta del apóstol San Andrés, testigo de Cristo y mensajero de su Palabra, a quien vemos hoy en el evangelio responder con presteza a la iniciativa de Jesús, que al pasar a su lado le invita a ir con Él cambiando el rumbo de su vida para siempre...

También adviento es una llamada a abrirnos al don de la Encarnación y darle espacio y acogida a Dios, que viene a dar un giro a la historia, personal y colectiva, acercando su luz a las tinieblas del mundo, y del corazón humano...

"¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia!" escuchábamos ayer en la liturgia de boca del profeta... ¡¡ojalá!!... ojalá dejásemos entrar en nuestra vida la gracia que Dios no deja de acercarnos, haciéndose tan accesible, tomando nuestra misma condición, y poniendo para siempre, su morada entre nosotros... eso es adviento,  y a eso nos invita la Iglesia, preparándose también ella, para recibir la navidad como el acontecimiento salvífico, que Dios pensó para recrearnos en su amor, y hacernos dignos de sus dones... Todo, y en todo, podemos reconocerle, si tenemos los ojos limpios, como bien deja expresado el salmo 18 que hoy reza la liturgia, invitándonos a unirnos a su misma voz, prolongando en nosotros el eco de la Palabra de Dios...

"El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. 

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje" (Salmo 18)...


Recordando, como solemos hacer cada día, a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... los infectados de covid por la pandemia... sus familias... volvemos a mirar al cielo suplicando salud para todos a través de la intercesión del Beato Tito, en la esperanza de que el cielo desborde bendiciones y nos cubra... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria