miércoles, 22 de agosto de 2018

"La alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado".
(Evangelii Gaudium n.2).

Merece la pena que nos acerquemos al modelo de Iglesia descrito por el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica "Evangelii Gaudium" para que insertados de forma activa en su contenido y fundamentos, renovemos nuestra fe, asumamos compromisos, y nos decidamos a ser luz y sal, saliéndonos de los engaños y seducciones que nos alejan de la verdad y nos impiden descubrir y realizar nuestro ser más verdadero...

Hemos de partir, según el Papa por "renovar -desde cualquier lugar que nos encontremos- el encuentro personal con Jesucristo o, al menos, tomar la decisión de dejarnos encontrar por Él, intentándolo cada día sin descanso" (EG. n.3). Pues "no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida, y, con ello, una orientación decisiva" (EG. n.7)...

El verdadero núcleo de la fe es la alegría... "alegría que se adapta y se trasforma según las circunstancias, y que aun en los momentos más duros y difíciles, permanece como una secreta pero firme confianza" (EG. n.6)... Es una alegría no de cualquier nivel; es un fruto del Espíritu depositado en nosotros, que quiere trasmitirnos su mismo aliento para que trasformados, trasformemos; iluminados, iluminemos; sintiéndonos amados, amemos... para que Dios sea TODO en todos y disfrutemos el Reino...


Dispuestos a hacer camino en esta dirección, impulsados en la palabra ofrecida por el Papa, pensemos unos en otros y acerquémonos la fe unos a otros para que mantengamos el ritmo y la esperanza, hasta florecer en nosotros la verdadera alegría... Pensemos, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog, uno a uno... también sus familias... convencidos de que tenemos delante la verdad, miremos al cielo y pidamos luz, fuerza, decisión, valentía... Ayudados de la intercesión del Beato Tito, ponemos ante el Señor nuestras súplicas, en el deseo de que brille en cada uno la gloria de Dios como fruto de la fe humilde, insistente, perseverante... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...