sábado, 31 de marzo de 2018

"Dijeron a Pilato, "aquel impostor" estando en vida anunció: "A los tres días resucitaré"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Acudieron en grupo los sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron: 
"Señor nos hemos acordado de que aquel impostor estando en vida anunció:
"A los tres días resucitaré". 
Por eso ordena que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, 
no sea que vayan sus discípulos, se lleven el cuerpo y digan al pueblo: 
"Ha resucitado de entre los muertos" (Mt. 27,62,64).

¡¡Solemne silencio envuelve la tierra mientras "duerme la Vida" en su regazo!!... descansa "el dolor y la tensión" en el recuerdo de sus "Palabras"... nos encontramos entre la "soledad" y la "esperanza" en que habita el corazón creyente de la Virgen, y asomamos a esta luz, en el deseo de encender en ella nuestra lámpara...

El silencio de la muerte, sólo "acunado" en el alma por la fe, puede hacer germinar en nosotros la semilla de la esperanza... ¡¡qué bien lo sabía la Virgen!!... Desde ahí emerge su figura en la Iglesia, traspasando en el "susurrar opaco" de las promesas hechas -acariciadas en su corazón-, "la densa oscuridad del Sábado Santo",  mientras se están cumpliendo "ocultas tras la losa inerte", que custodia la muerte injusta, del ÚNICO INOCENTE...


Con estos acontecimientos podemos situarnos en otra perspectiva, más comprometida y coherente... ¿no es nuestra vida un continuo sábado santo, henchido de promesas y esperanzas, que aún tenemos que atravesar en "la espesura de la fe"?... nuestra confianza pone sus cimientos en la fidelidad de Dios ¡¡ROCA INCONMOVIBLE!!... pero ¡¡no lo olvidemos!! eso no nos priva de lo real, ¡¡qué va!!... el dolor sigue causándonos dolor... la muerte nos sigue separando de nuestros seres queridos... el mal sigue seduciéndonos hasta hacernos vulnerables, débiles, pobres, pecadores... Entonces, ¿qué es lo distinto?... ¡¡Su victoria!!... ¡¡Su apuesta por el ser humano!!... ¡¡Su amor hasta el extremo, en Su perdón incondicional!!... Si acogemos su don hasta morar en Él; desde Él, sus prodigios serán los nuestros, y sus acciones se multiplicaran a través de nosotros...

Quedémonos en el Sábado Santo, acunados en la esperanza iluminada -por la fe- de la Virgen, hasta que crucemos el umbral de la resurrección por la experiencia personal... Ella alimentará nuestra espera, dibujando en nuestro corazón, actitudes de discípulo fiel...


Después de un año haciendo camino, dirección la confianza, con tantos hermanos traspasados por el dolor y la enfermedad, tenemos que alegrarnos de tener delante este "telón de fondo"... ¡¡la Obra de Dios se abre ante nosotros para adentrarnos en ella!!... dejemos que "el silencio -silencio de sábalo santo- se exprese" y nos desvele su contenido... Nuestra comunión tiene forma... rostros... ámbito... nos movemos entre el tiempo y lo eterno dentro del mismo carril: habitamos en el cielo -los peregrinos de la confianza- por los que quedaron en nuestro corazón al marchar, y avanzamos en la misma dirección, seguros de que nos ayudan a perseverar, mientras aún caminamos... Tengamos un recuerdo especial por ellos, pensando en cada uno, acercándoles la gracia que desborda de la Cruz...

Igualmente pensemos en todos los que cada día hacemos ruta en comunión... recordemos a todos... uno a uno.. también a sus familias... y miremos al cielo para renovar nuestra fe en la victoria que anhelamos... Desde la intercesión del Beato Tito, acercamos al centro nuestras súplicas, para que él, las presente a la Virgen, y Ella les haga llegar la luz de la Victoria de su Hijo... así nuestros deseos se verán cumplidos, haciéndoles coincidir con la Voluntad del Padre...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María